Por su maniobrabilidad, versatilidad, comodidad, facilidad de aparcamiento o recogida, bajo consumo, acceso al centro de las ciudades y otras muchas cualidades, se han convertido en vehículos urbanos casi imprescindibles para cientos de miles de ciudadanos, en su mayoría jóvenes. Esta explosión ha hecho necesaria una regulación específica para ellos, dada su amplia popularidad y utilización.
La reforma de la Ley de Tráfico recogía la nueva normativa para estos vehículos que incluía la obligatoriedad de circular por la calzada –prohibición para los usuarios de patinetes eléctricos de circular por las aceras y en vías interurbanas, travesías, autopistas, autovías o túneles urbanos–. Tampoco podrán llevar auriculares puestos, ni hacer uso del móvil o cualquier otro dispositivo mientras se conduce. Además, estarán obligados a utilizar casco de protección y circular a un máximo de 25 kilómetros por hora.
Sus conductores están sometidos a las mismas tasas máximas de alcohol permitidas por la Ley de Seguridad Vial, así como a la prohibición de conducir con drogas en el organismo. Ahora Tráfico sopesa, cada vez más, la necesidad de que sus usuarios contraten de forma obligatoria un seguro para estos patinetes eléctricos.
La Fiscalía General del Estado abogaba en un informe por la introducción obligatoria de esta póliza. Y Tráfico ha vuelto a insistir en la necesidad de que cuenten en un futuro no muy lejano con dicho seguro, dado que los accidentes de estos vehículos han aumentado exponencialmente en los últimos años.
Las diferentes aseguradoras ya se han adelantado a la intención de Tráfico y ofrecen un amplio abanico de seguros y de precios. Los más básicos cuestan 19 euros anuales y los más completos se van hasta los 70 euros. Todo depende de las coberturas que incluyan, la cifra máxima de responsabilidad civil, el recurso de multas u otros servicios adicionales.
Dado el incremento de la siniestralidad con lesionados graves y fallecidos, si eres conductor de un patinete eléctrico tienes que valorar la posibilidad de contratar uno, aunque aún no sea obligatorio. Estamos encontrando muchos supuestos donde hay grandes lesionados ocasionados por un conductor de un patinete que finalmente es insolvente, lo que genera también un perjuicio económico a las familias del responsable de ese accidente.
Hay que buscar una solución satisfactoria para todas las partes implicadas con el diseño de un seguro obligatorio, que conlleva una serie de connotaciones jurídicas diferentes del voluntario, y la idea es que todo el mundo que circule con patinete esté obligado por una pequeña prima a tener ese seguro. Se trataría de que un conductor sin seguro no pudiera conducir estos vehículos de movilidad personal.
La Administración debe agilizar los trámites para que exista un seguro obligatorio, y lo ideal sería que la obligatoriedad fuera lo más pronto posible. Sabemos que un seguro voluntario que se estableciera no sería suficiente. Hay que proteger a las víctimas y esta regulación no puede demorarse en exceso si no queremos que esas estadísticas sigan creciendo. Las lesiones que puede sufrir una persona de edad por el impacto de un patinete a una velocidad de 25 km/hora pueden ser devastadoras para su organismo. Puede haber paraplejias y lesiones muy graves, que suponen necesidad de atención médica y un problema familiar para esa víctima por los gastos económicos que se derivan.
Nos encontramos ante un problema grave y de consecuencias incalculables. No puede convertirse en una pesadilla y la Administración debe agilizar los trámites para que exista un seguro obligatorio, similar al SOA que ya existe en el mundo del automóvil. Si se hace voluntario, muchos conductores es posible que no lo suscriban, más si tienen limitaciones a nivel económico importantes. Cada mes que pasa sin legislar se está provocando que muchos ciudadanos sufran un desamparo desde el punto de vista personal, humano sin son víctimas, y en el caso de que sean responsables del atropello, puede suponer la ruina para la familia, porque tendría que responder con sus bienes.
Este es un problema que ya tenemos desde hace años y que debe afrontarse con un seguro obligatorio ilimitado, contrario a las tesis de UNESPA, patronal de las aseguradoras, que es más partidaria de un seguro voluntario y limitado. Si se van a regular estos vehículos no debemos hacerlo a medias.
Los vehículos de movilidad como el patinete se van a imponer en todas las ciudades. Es evidente que generan accidentes, por lo que no se debería limitar su responsabilidad. Es más, el coste de tener un seguro u otro es irrisorio; el problema está en la cobertura de las lesiones, y eso sí es notable. Al mismo tiempo este seguro obligatorio específico obligaría entre otras cuestiones a matricular a este tipo de vehículos y otras iniciativas que tendría que gestionar la propia Administración.
En los accidentes con un patinete de por medio hoy es complicado localizar al causante del siniestro, y si se logra, en la mayor parte de los casos no tiene seguro, y es posible que no trabaje, con lo que es insolvente. Esto hace que la víctima se quede sin cobrar daños y perjuicios, daño moral o lucro cesante al no haber cobertura.