Una vez más, y como ya es habitual, el campamento de verano Gazterock está sido un éxito, tanto para los organizadores como para los jóvenes que este año han decidido sumarse a la aventura.
Gazterock nació gracias a una iniciativa promovida por la Diputación Foral de Álava, la cual colaboró con Hell Dorado. La idea comenzó a cocerse uno o dos años antes, pero finalmente se llevó a cabo en 2009.
La edición de este año corresponde a la decimocuarta. En principio tendría que haber sido la decimoquinta, pero el covid-19 impidió que las colonias del 2020 siguieran su curso.
Este año se han juntado 59 jóvenes rockeros provenientes de varias partes del territorio nacional, como Álava, Gipuzkoa Galicia, Extremadura y Madrid. Los jóvenes han estado realizando gran parte de sus actividades en Hell Dorado, pero la comida y el alojamiento la han proporcionado el albergue de la Catedral e Indesa
Los 10 días transcurridos hasta ahora han dado de sí para muchas actividades. Respecto a estas realizadas en el primer día, Jorge, un joven extremeño, cuenta cómo tras la merienda, el grupo fue a Hell Dorado a presenciar un concierto. Puede resultar un poco extraño acudir a un concierto el primer día de unos campamentos, pero sin duda es una muy buena forma de comenzar a entablar relaciones con los nuevos compañeros.
Se podría decir que estas colonias son como una carrera de larga distancia, donde el camino se va construyendo kilómetro a kilómetro. En este caso, el final del trayecto consiste en dar un concierto final, pero para ello ha habido un largo proceso, un proceso que va desde la creación de las bandas, hasta el último ensayo minutos antes de salir al escenario.
A la hora de crear las bandas musicales, Carmen, una participante gallega, cuenta que los grupos se han creado mediante un sorteo, pero antes los jóvenes han tenido que rellenar un formulario en el cual tenían que indicar qué instrumentos tocaban y responder preguntas relacionadas con la relación de los adolescentes con la música en general y con los instrumentos en particular.
El trabajo con los aprendices
Egoitz, uno de los organizadores del campamento, aclara que la mayoría de los asistentes acuden con una formación previa, pero también hay quienes lo hacen sin haber tocado un instrumento nunca. La enseñanza para estos jóvenes, condicionada también con el poco tiempo del que disponen, se basa en instruirlos para que puedan aprender unas cuantas canciones sencillas sumado al aprendizaje de instrumentos no muy complejos. A pesar de tener muy poco tiempo, los aprendices suelen realizar esfuerzos muy grandes, los cuales acaban dando sus frutos, puesto que muchos han pasado de no saber tocar nada a poder tocar al menos dos o tres canciones.
Sumado a las actividades estrictamente relacionadas con la música, los rockeros han tenido la oportunidad de realizar diversas y muy entretenidas actividades a lo largo de estos días. Una de las actividades con la que los organizadores acertaron de lleno fue la que realizaron en la noche del 4 de julio.
En ella, como cuenta el mismo Egoitz en un blog dedicado al Gazterock, hicieron una actividad la cual consistía en separarse por grupos de cinco, donde una persona de entre esas cinco, adoptaba el rol de un famoso, y el resto el de unos paparazzi. El objetivo era conseguir fotografiar al famoso en un punto concreto de la ciudad mientras este estuviera distraído. Iraia, de Donosti; Miami, de Vitoria; y Justina, de Madrid, aseguraron que esta actividad fue la que más les gustó entre todas las actividades nocturnas que realizaron.
Como bien explicaba Carmen con anterioridad, tras saber quiénes compondrían cada banda, cada una con cuatro o cinco integrantes, daba inicio la parte más dura y a su vez la más divertida de todo el campamento para los jóvenes como Justina: la preparación del concierto final.
Para esto, los campistas han realizado durante cuatro días unos talleres llamados “combos” donde han dispuesto de cuatro ensayos de cuatro o cinco horas cada uno, donde han tenido que preparar todo lo necesario para poder realizar el concierto del día 10 de julio.
Llegados a este día, el concierto final ha dado comienzo 17.30 y tiene previsto finalizar a las 20.30. En este concierto todas las bandas creadas sacarán a relucir todo el talento y los conocimientos adquiridos en estos 10 días que han tenido para conocerse y crear una buena dinámica de grupo.
Mañana, día 11, aprovecharán para despedirse realizando una excursión a la piscina para posteriormente concluir el campamento con una gran fiesta de despedida, retornando cada uno a su hogar el día 12 de julio, a la mañana siguiente.