Un joven que participó en un incendio provocado en las inmediaciones de un hotel que alberga a solicitantes de asilo en Rotherham (norte de Inglaterra) recibió este jueves una condena de 9 años de cárcel, la más amplia hasta la fecha en relación con la última oleada de disturbios en el Reino Unido.

El Tribunal de la Corona de Sheffield condenó al individuo, identificado como Thomas Birley, de 27 años y originario de Rotherham, por su participación "incuestionable" en varios de los desórdenes violentos sucedidos el 4 de agosto en esa localidad inglesa.

El juez Jeremy Richardson halló culpable a Birley de "incendio provocado con intención de poner vidas en peligro" -la primera persona que recibe esta sentencia- y comentó que se trataba de uno de los casos más graves a los que se había enfrentado en relación a los altercados de Rotherham.

Lanzando objetos a los agentes y añadiendo leña a un fuego

Birley fue captado por las cámaras de seguridad lanzando objetos a los agentes de Policía, encarándose con ellos con una porra y lanzando un contenedor al cordón de antidisturbios en una jornada de más de 12 horas de violencia que finalizó con 64 policías heridos.

Asimismo, el joven de 27 años participó añadiendo leña a un contenedor industrial en llamas colocado en varias salidas del hotel Holiday Inn Express de Rotherham, donde se alojaban más de 200 solicitantes de asilo que, junto al personal del establecimiento, quedaron encerrados en el interior.

Según medios locales, durante el juicio varios empleados aseguraron al magistrado que pensaron que iban a "morir calcinados" porque el humo se filtraba por las rendijas del edificio y que 22 de ellos buscaron cobijo en la habitación del pánico del hotel.

Por este motivo, el juez Richardson dijo que necesitaba dictar una sentencia amplia debido a la "peligrosidad continuada" de Birley.

La muerte de tres niñas y una decena de heridos en el acuchillamiento múltiple el pasado 29 de julio en Southport (noroeste de Inglaterra) a manos de un joven galés de padres ruandeses desencadenó una oleada de violencia de carácter xenófobo e islamófobo en diversas ciudades del Reino Unido y acabó con más de un millar de personas arrestadas.