Los irlandeses han rechazado modernizar el concepto de familia en su Constitución, para extenderlo más allá del basado en el matrimonio, en un referéndum nacional celebrado el viernes cuyos resultados se conocieron este sábado.

El 67,7 % del electorado, formado por 3,3 millones de personas, votó en contra de introducir una enmienda a la carta magna que aspiraba a reescribir la idea de familia, mientras que el desenlace de otro plebiscito paralelo sobre el papel de la mujer en la sociedad se conocerá más tarde, si bien el Gobierno, que pedía el 'sí' en ambos, ha reconocido que también ganará el 'no'.

El Ejecutivo, de coalición entre democristianos, centristas y verdes, con apoyo de casi todos los partidos y movimientos progresistas, ha defendido las enmiendas para actualizar la Constitución de 1937 a fin de eliminar las referencias consideradas anticuadas, discriminatorias y sexistas.

Las votaciones

En esta primera votación, la participación fue del 44,4 %, frente a un 64 % alcanzado en el referéndum sobre el aborto de 2018, mientras que el 'sí' a la propuesta sobre la familia apenas recibió el 32,3 % de apoyo en la consulta del viernes.

Con la llamada 'Enmienda de Familia', el Gobierno quería que el Estado reconociera a las unidades familiares como conjuntos de personas "basados en el matrimonio o en otras relaciones duraderas" y no solo en el matrimonio.

La 'Enmienda de Cuidados' propone eliminar dos artículos de la Constitución que se refieren a la "vida de la mujer en el hogar" y a sus "deberes en el hogar", respectivamente.

Historia sobre esta ley

A día de hoy, la Constitución irlandesa expone que, "por su papel dentro del hogar, la mujer aporta al Estado un apoyo sin el cual no se puede lograr el bien común".

El texto actual agrega que las autoridades, "en consecuencia, deben esforzarse por asegurar que las madres no están obligadas por necesidad económica a trabajar (fuera de casa) y descuidar sus deberes en el hogar".

Hasta principios de la década de 1970, era habitual que las mujeres irlandesas dejasen sus puestos de trabajo tras casarse, sobre todo en el sector público, y aunque esa práctica desapareció hace tiempo, la citada cláusula entorpece el avance de la lucha por la igualdad, según el Gobierno.

La constitución irlandesa, conocida como Bunreacht na hÉireann, ha experimentado cambios fundamentales en los últimos años, como la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2015 y la derogación de la prohibición del aborto en el país en 2018.