El expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dimitri Medvedev ha acusado este sábado a la organización de mercenarios Grupo Wagner de intentar tomar el poder y ha alertado del riesgo que supondría perder el control del arsenal nuclear ruso.

"Las especulaciones sobre agravios pasados, el incumplimiento de ciertas obligaciones por parte del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa" o los ataques "contra posiciones de retaguardia o la corrupción" no aguantan la crítica. "Es evidente que es una operación bien pensada y planificada que busca tomar el poder", ha afirmado Medvedev, según recogen las agencias de noticias rusas.

Las acciones de las últimas horas "encajan perfectamente en un patrón bien planificado y orquestado para derrocar al Estado", ha resaltado Medvedev, que ha insinuado que antiguos miembros de unidades militares de élite podrían también estar implicados, e incluso ha apuntado a la presencia de combatientes extranjeros.

Todo ello demuestra "un alto nivel de preparación" y un buen control de los movimientos de tropas que denotan la existencia de "un plan militar bien pensado", según Medvedev, que no menciona en ningún momento por su nombre al líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin.

Medvedev ha alertado además de las "consecuencias" de un golpe de Estado "en la potencia nuclear más grande". "Jamás en la historia de la humanidad ha habido un arsenal tan grande de armas nucleares bajo control de bandidos", ha argumentado. Así, ha advertido de que las consecuencias "evidentemente no se limitarán a un solo país". "El mundo estaría al borde de la destrucción. No vamos a permitir que los acontecimientos desemboquen en ese escenario", ha remachado.