La guerra de Ucrania y las consecuencias que esta ha traído aparejadas han provocado un nuevo récord de personas necesitadas de ayuda humanitaria en el mundo de cara a 2023, con un total de 339 millones en esta situación en 69 países, 65 millones más que en 2022.

El aumento de las necesidades, debido a la persistencia de conflictos como los de Siria o Yemen y el recrudecimiento de otros como el de República Democrática del Congo (RDC), hace que también aumenten los fondos para poder afrontarlas. Así, la ONU ha pedido para este año 51.500 millones de dólares, un 25% que hace un año.

A continuación, repasamos por orden alfabético las crisis humanitarias a las que hay que prestar especial atención:

AFGANISTÁN

El año arranca con la incertidumbre de cómo afectará la decisión de los talibán de prohibir a las mujeres trabajar para organizaciones humanitarias, dado que estas representan un elevado porcentaje de trabajadores y son las encargadas de atender a mujeres y niños, siempre entre los más vulnerables.

Tras la llegada de los talibán al poder, el número de personas necesitadas de ayuda ha aumentado, hasta alcanzar los 28,3 millones --en 2021 había 18,4 millones--. Pese a que el nivel de violencia ha disminuido, aunque hay frecuentes ataques de Estado Islámico, la grave sequía ha tenido un fuerte impacto en la población, que también se enfrenta a una grave crisis económica.

BIRMANIA

El país atraviesa una crisis sin precedentes a nivel político, de Derechos Humanos y humanitaria. El golpe de Estado militar de 2021 ha recrudecido los conflictos con algunos grupos armados étnicos, provocando un aumento de los desplazamientos. Actualmente hay 1,4 millones de desplazados, un millón más que hace un año, y 17,6 millones de personas necesitadas de ayuda.

Un militar en Birmania. EP

Por otra parte, la crisis de los refugiados rohingya en el vecino Bangladesh sigue sin resolverse. Casi un millón de personas de esta minoría perseguida en Birmania viven en pésimas condiciones en los campos de refugiados de Cox's Bazar. En las últimas semanas se han intensificado las llegadas por mar tras peligrosas travesías de rohingyas a las costas de Indonesia.

ETIOPÍA

La conjunción de una grave sequía con el impacto del conflicto en Tigray (norte) y la violencia en otras zonas del país y el consiguiente desplazamiento ha dejado a 28,6 millones de personas necesitadas de asistencia.

El acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno etíope y el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF) ha permitido aliviar en cierta medida la situación en esta región, pero ahora existe el temor al estallido de un nuevo conflicto en la región de Oromía, la más poblada. La ONU no espera que la situación mejore en 2023 debido también a las malas previsiones de lluvias.

HAITÍ

El país caribeño se enfrenta a un cóctel de crisis política, económica y humanitaria a la que en los últimos meses se ha sumado la inseguridad provocada por la actividad de bandas armadas, además de un nuevo brote de cólera. Como resultado, 5,2 millones de los 11,7 millones de habitantes del país requiere asistencia.

El precio de la canasta básica ha subido un 63% en un año y se estima que la mitad de la población pasa hambre, con unos 1,8 millones en circunstancias particularmente graves y algunas zonas en las que podría estarse produciendo hambruna. De producirse el despliegue de fuerzas internacionales solicitado por el Gobierno, la OCHA cree que se podría mejorar la situación, aunque admite la dificultad de hacer pronósticos en un país en el que las crisis se suceden.

LAGO CHAD

Un total de 11 millones de personas necesitan asistencia en esta crisis que tiene como epicentro el noreste de Nigeria y que también afecta a zonas de Camerún, Chad y Níger bañadas por el lago. La violencia obra principalmente de Estado Islámico en África Occidental (ISWA) y de los remanentes de Boko Haram no ha remitido sino que parece extenderse hacia otras zonas, sobre todo en Nigeria, antes inmunes.

Según la ONU, hay 5,6 millones de personas en inseguridad alimentaria grave, incluidos 300.000 niños con desnutrición severa, y 2,9 millones de desplazados internos, 2 millones de ellos en Nigeria, además de 624.000 refugiados.

LÍBANO

La crisis económica y financiera sin precedentes, con una depreciación histórica de la libra libanesa, ha traído aparejado un aumento de las necesidades humanitarias que se ha visto plasmado en la petición de 600 millones de dólares, un 59% más que en 2022. A esto se suma la persistente inestabilidad política, con la falta de presidente desde noviembre.

Según el PMA, la canasta básica cuesta un 1.700% más que en octubre de 2019 y el salario medio solo cubre el 24% de las necesidades alimentarias básicas, frente al 93% en 2021. En este contexto hay 2,3 millones de personas que necesitan ayuda, entre libaneses y refugiados palestinos y sirios.

Un hombre recogiendo agua en medio del brote de cólera en Líbano. EP

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

La ONU ha hecho su mayor petición fondos para el país hasta la fecha, con 2.300 millones de dólares, un 20% más que en 2022, lo que demuestra el aumento de las necesidades debido al deterioro de la situación, principalmente en el este, donde la violencia de dos grupos armados --el M23 y las ADF, que actúan como filial de Estado Islámico-- se ha exacerbado.

Uno de cada cuatro congoleños se enfrenta a inseguridad alimentaria --26,4 millones de personas-- y hay 6,4 millones cono desnutrición aguda, principalmente menores de 5 años, pese al gran potencial agrícola del país. De los 109 millones de habitantes, 60 viven en extrema pobreza. A esto se suman los 5,7 millones de desplazados internos, la cifra más alta en África.

SAHEL

La situación en el Sahel central se ha ido deteriorando a medida que la amenaza yihadista se ha ido extendiendo desde el norte de Malí hacia el sur, afectando a la vecina Burkina Faso y el oeste de Níger y amenazando los países del golfo de Guinea.

En la actualidad, 14,4 millones de personas requieren asistencia en estos tres países, con Burkina Faso como el más afectado ya que uno de cada cuatro habitantes precisan ayuda. En la región hay ya 2,3 millones de desplazados internos, 1,7 millones de los cuales están en este país, y 4,4 millones en situación de inseguridad alimentaria.

SIRIA

Al menos 15,3 millones de personas necesitarán asistencia en 2023 en Siria, país que acoge al mayor número de desplazados internos del mundo, con 6,8 millones, de los que unos 2 millones residen en las zonas del norte del país que escapan al control de Damasco. A la crisis económica provocada por la guerra se ha sumado en el último año una grave sequía y un brote de cólera.

Esta crisis tiene además un componente regional, ya que hay 7,4 millones de refugiados sirios en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto, cuya situación socioeconómica sigue deteriorándose. La ONU ha solicitado 4.400 millones de dólares para atender las necesidades dentro del país y otros 5.400 para ayudar a los refugiados sirios y a las comunidades que les dan acogida.

SOMALIA

La situación humanitaria sigue deteriorándose en el país, en parte debido a la nueva ofensiva militar contra el grupo terrorista Al Shabaab. A esto se suman cuatro años continuados sin lluvias, que han provocado la peor sequía en cuatro décadas.

Actualmente hay 7,8 millones de personas necesitadas de asistencia, casi la mitad de la población. El número de desplazados se ha multiplicado por tres en el último año, incluidos 1,3 millones debido a la sequía. El riesgo de hambruna vuelve a planear en el país, donde uno de cada tres habitantes --casi 6,7 millones-- tienen serios problemas para garantizar su sustento.

SUDÁN DEL SUR

Años de conflicto, la persistencia de la violencia de carácter étnico y el impacto del cambio climático han hecho que la situación humanitaria se deteriore hasta el punto de que 9,4 millones de personas, el 76% de la población, requieran algún tipo de ayuda, un 5% más que hace un año.

La violencia intercomunitaria que han registrado siete de los diez estados del país ha ocasionado más de 250.000 desplazados adicionales, así como casos de violencia sexual, secuestros y saqueos. En el país hay unos 2,2 millones de desplazados mientras que 2,3 millones de sursudaneses viven como refugiados en países vecinos. Además, 8 millones se enfrentan a inseguridad alimentaria.

SUDÁN

El golpe de Estado militar de noviembre de 2021 provocó una reducción de la ayuda al desarrollo que recibía el país, lo que a su vez ha afectado la capacidad de las autoridades de ofrecer servicios básicos. Además, en el último año se ha producido un repunte de la violencia en el país, especialmente en Darfur.

Unos 15,8 millones --un tercio de la población-- requieren asistencia. Además, el número de personas que pasan hambre aumentó por tercer año consecutivo hasta un récord de 11,7 millones debido entre otras cosas a la fuerte dependencia de Sudán en la importación de trigo de Rusia y Ucrania.

UCRANIA

Se calcula que la guerra en Ucrania ha obligado a más de 7,8 millones de refugiados a salir del país. EP

Desde que se produjo la invasión rusa el 24 de febrero, casi un tercio de los ucranianos han abandonado sus hogares. Más de 6,2 millones están desplazados dentro del país pero otros 7,7 millones han buscado refugio en otros países europeos, principalmente en Polonia, Moldavia, Rumanía y Hungría.

La ONU cifra en 17,6 millones las personas necesitadas de ayuda dentro del país, cuya situación es particularmente dramática en las zonas fuera del control de Kiev y afectadas directamente por las hostilidades. Preocupa sobre todo los problemas de suministro tanto de electricidad como de agua, ya que las infraestructuras de este tipo están siendo particularmente atacadas por Moscú.

VENEZUELA

Pese a que la situación económica en el país ha mejorado ligeramente en el último año, aún hay 7 millones de personas necesitadas de asistencia. La reanudación del diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición ha permitido ya un primer acuerdo para aliviar la situación humanitara, pero está por ver si se sigue avanzando en esta vía.

Entretanto, la ONU cree que las nuevas circunstancias en el país y a nivel regional podrían aumentar los retornos de venezolanos que los últimos años han partido al exilio, sin que esto frene la salida de otros. En el mundo hay más de 7,1 millones de refugiados y migrantes venezolanos, de los que casi 6 millones se encuentran en América Latina, con Colombia con casi 2,5 millones y Perú con cerca de 1,5 millones.

YEMEN

Las esperanzas de poner fin a más de ocho años de conflicto se desvanecieron en octubre, después de que el Gobierno yemení y los rebeldes huthis no renovaran el alto el fuego que se había prolongado durante seis meses, si bien la violencia no parece haberse retomado con la misma virulencia.

Yemen ya era antes de la guerra uno de los países más pobres del mundo. La ONU cifra en 21,6 millones las personas que requieren ayuda. Más del 80% de la población tiene problemas de acceso a alimentos, agua potable y servicios sanitarios y casi el 90% no tiene acceso a servicios públicos de electricidad.