- El primer ministro británico, Boris Johnson, y su titular de Economía, Rishi Sunak, afrontaron ayer llamamientos de dimisión tras confirmarse que serán multados por la Policía por asistir a fiestas ilegales en Downing Street durante la pandemia. Carrie Johnson, la esposa del jefe del Gobierno y madre de sus dos hijos menores, también recibirá una sanción, entre una cincuentena de penalizaciones que ya ha emitido Scotland Yard.
El primer ministro británico expresó euna “completa disculpa” por haberse saltado las restricciones durante la pandemia de coronavirus pero descartó presentar su dimisión, como le ha exigido la oposición.
“Con toda sinceridad, en aquel momento no pensé que podía ser una ruptura de las normas”, dijo en un vídeo distribuido a los medios el jefe de Gobierno, que detalló que ha pagado la multa que le ha impuesto la policía por asistir a una celebración por su cumpleaños en la Oficina del Gabinete en junio de 2020.
“Quiero poder continuar con el mandato que tengo y abordar los problemas que afronta el país, asegurarme de que cumplimos con lo que espera la gente de este país. Esa es mi prioridad”, dijo Johnson
Sin embargo, la oposición política en bloque pidió el cese inmediato de Johnson y Sunak por haber engañado al electorado y al Parlamento, si bien el líder conservador está en una posición relativamente segura al contar con el apoyo de sus diputados, que aprueban su gestión durante la invasión rusa de Ucrania.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, dijo que tanto Johnson como Sunak, acosado en los últimos días por la situación fiscal de la fortuna de su esposa, “deben dimitir” por haber violado la ley y “mentido repetidamente a los británicos” al negarlo.
Su colega del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, pidió que se convoque a la Cámara de los Comunes, actualmente en el receso de Semana Santa, para votar una moción de censura contra Johnson, cuya cabeza también reclaman la ministra principal escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, y el alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan.
Pero el líder tory, que el pasado sábado estuvo en Kiev para solidarizarse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, está en una posición mucho más fuerte que cuando estalló el escándalo de las fiestas a finales del año pasado.
A diferencia de entonces, ahora apenas es cuestionado por los parlamentarios conservadores, los únicos que podrían forzar su salida del Gobierno si, como parece probable, él decidiera aferrase al cargo.
Así, el líder de los tories en Escocia, Douglas Ross, antes uno de sus mayores críticos, declaró que “no sería correcto” destituir al jefe del Ejecutivo en plena guerra en Ucrania. Otro diputado anteriormente díscolo, Roger Gale, opinó a su vez que “ahora no es el momento de derrocar al primer ministro”, lo que sucedería si éste perdiera una moción de confianza dentro del Partido Conservador instigada por al menos 54 diputados.Con todo, Boris Johnson se convierte en el primer jefe de Gobierno en activo del Reino Unido en ser sancionado por romper la ley.
El primer ministro y el llamado Canciller del Exchequer “han recibido notificaciones de que la Policía Metropolitana (Met) tiene intención de imponerles una multa” por quebrantar la normativa de los confinamientos, informó ayer un portavoz gubernamental. La Met precisó después que Johnson será sancionado por asistir el 19 de junio de 2020 en la Oficina del Gabinete a una fiesta por su 56º cumpleaños, presuntamente organizada por su esposa.
Scotland Yard indicó que ha remitido más de 50 multas por doce actos organizados en 2020 y 2021 tanto en Downing Street como en otros edificios gubernamentales.
“Los conservadores están desacreditados para gobernar. El Reino Unido merece algo mejor”
Líder del Partido Laborista