- Reforzado con la mayoría absoluta de un electorado que en la guerra de Ucrania se inclina por Rusia, el presidente de Serbia, el populista Aleksander Vucic, afronta ahora el reto de cómo seguir con su estrategia cada día más difícil de aspirar a entrar en la Unión Europea (UE) y seguir leal al Kremlin. El escrutinio del 96% de los votos confirmó ayer la victoria aplastante de Vucic en las elecciones del domingo, pues con el 58,55% de las papeletas se hizo innecesaria la segunda vuelta de los comicios, informó la Comisión Electoral (RIK).
Vucic, un antiguo ultranacionalista que desde hace quince años se declara europeísta, dejó muy atrás a su principal rival, el general retirado Zdravko Ponos, candidato de la coalición opositora Unidos para la Victoria de Serbia, que solo obtuvo el 18,3%. En cuanto a las elecciones parlamentarias celebradas conjuntamente, el conservador SNS de Vucic se impuso con 119 de los 250 escaños del Parlamento, mientras que Unidos para la Victoria de Serbia, que agrupa a una decena de formaciones europeístas, obtuvo 38 escaños y 32 el socialista SPS, socio del SNS en el poder.
En el hemiciclo entraron también la conservadora y euroescéptica coalición NADA (15 escaños), la opositora alianza ecologista de izquierdas Moramo (12), dos partidos de derechas y prorrusos Dveri y Zavetnici, con 10 diputados cada uno, cinco de las minorías. Con estos resultados, quedó consolidado el poder del SNS del presidente de 52 años que lleva ya una década dominando la escena política del país balcánico.
Serbia es país candidato a integrarse en la UE y al mismo tiempo mantiene sus arraigados y tradicionales lazos con Rusia, y Vucic, que no esconde sus simpatías por el presidente ruso, Vladímir Putin, ha tratado de mantener en equilibrio ambas cosas. Sin embargo, esa estrategia se ha vuelto muy complicada tras la invasión rusa en Ucrania.
Vucic se ha quejado de las crecientes presiones que está recibiendo de los socios comunitarios para adherirse a las sanciones impuestas a Moscú, pues mantiene a su país como el único europeo -salvo Bielorrusia- que no ha adoptado esas condenas.
Está respaldado por una población que mayoritariamente recuerda con dolor la intervención de la OTAN en la Guerra de Kosovo en 1999, que allanó el camino a que esa provincia serbia se autoproclamara independiente y sea reconocida como tal por más de un centenar de naciones, aunque no por el Kremlin.
Un reciente sondeo revela que el 50% de los serbios considera que su país debe tener una posición neutral frente a la guerra en Ucrania.
Vucic tratará de “prolongar lo máximo posible su política equidistante” entre la UE y Rusia, opina el analista político Nikola Tomic en declaraciones a Efe, y reconoce que ese intento supone un difícil reto para la gestión futura del presidente. “Cualquiera que sea la decisión, puede tener efectos negativos drásticos para la economía, y, también, causar presiones brutales de uno u otro lado”, explica.
La UE, con la que Serbia negocia la adhesión desde 2015, es el mayor socio económico e inversor en el país balcánico, mientras que Rusia le suministra casi la totalidad de petróleo y gas, además de defender a Belgrado en las instituciones internacionales.
Logros económicos. El mayor desafío del Gobierno de Vucic será mantener el crecimiento económico y la mejora del nivel de vida de la gente. En la campaña electoral, Vucic ha destacado logros como la construcción de nuevas infraestructuras (con inversiones de China), el crecimiento del PIB en un 7,5% en 2021 o el aumento del sueldo medio de 330 a 600 euros por mes. Además, ha prometido que hasta el final de su próximo mandato el sueldo medio alcanzará los 1.000 euros.