- Un silencio sepulcral inunda la que fue la ciudad que no dormía y su centro se blinda para preservar la llamada perla del mar Negro. La portuaria Odesa vive sus momentos más tensos a la espera de lo peor: la llegada de las tropas rusas a esta urbe situada al suroeste de Ucrania. Las barricadas rodean las calles del centro de Odesa en las que solo se ve a unas decenas de personas paseando entre las tiendas cerradas y solo unos pocos espacios están abiertos. Pero lo que abundan son los militares.
Andriy, ucraniano y libanés, era presentador de televisión y ahora es un soldado en una de las avenidas de la ciudad, la tercera más grande de Ucrania. “Estamos preparados y seguro que si los rusos entran por aquí tenemos las suficientes armas y cerebro para luchar contra esos rusos estúpidos”, dice.
Hace una semana, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó que las fuerzas rusas se están preparando para bombardear la ciudad portuaria de Odesa, lo que consideró que será un “crimen histórico”. Otro de los escenarios que se plantean las autoridades ucranianas es que Rusia busca aislar a Odesa del resto de Ucrania en el caso de que las fuerzas de Moscú avancen desde los territorios que han ido ocupando en la región de Mykolaiv, zona donde los bombardeos se han intensificado en los últimos días.
Ante todos esos planes, muchos de los habitantes de Odesa han optado por dejar la ciudad y partir hacia países cercanos, como Rumanía o Moldavia, mientras que otros han querido quedarse.
Entre ellos está Olga, una señora de 65 años que se pasea con un abrigo de piel y serpentea entre todos los sacos de arena que se amontonan como barricadas en la ciudad. “¿Dónde voy a estar, en Francia?”, sonríe la señora, y añade que Odesa es su ciudad y que nadie la alejará de su casa. “Por supuesto que la situación es mala, pero pasará. Lucharemos”, asegura.
La mayoría de los soldados que están apostados con sus armas para defender la ciudad en caso de que entren las tropas rusas no superan los 25 años. Uno de los soldados, que no quiso ser identificado y con tan solo 21 años, se sitúa frente al Teatro de la Ópera y Ballet de Odesa, uno de los edificios históricos más protegidos de la urbe a orillas del mar Negro con una fachada decorada en estilo barroco italiano. Señala que están “listos” para cualquier avance de las tropas rusas y que lucharán sin importar lo que ocurra para devolver el brillo perdido a la ciudad.
Justo ese brillo y melodía que resonaban siempre entre las multitudes de clubs de la ciudad se han apagado ahora, pero uno de los dueños del Ibiza Club, Pavel Kutsenko, apunta a Efe que la discoteca “reabrirá pronto”. Es optimista y dice que se quedarán en la ciudad “hasta el final”, es decir, “hasta la victoria” contra los rusos.
No obstante, aunque algunos hayan optado por quedarse, no dudarían en escapar en caso de que Rusia ocupe Odesa. Eso dicen Daniel y Svitlana, estudiantes de 18 años. “Nos gusta nuestro país, no nos queremos ir”, dice Daniel, aunque Svitlana señala: “Si Ucrania se convierte en Rusia, nos iremos”.
Exclusión aérea. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insistió ayer durante una intervención virtual ante el Parlamento canadiense en que la OTAN imponga una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, para impedir el bombardeo ruso de sus ciudades. Zelenski asumió, durante otra videoconferencia con Boris Johnson, que su país no entrará en la OTAN, algo que Ucrania no tiene más remedio que “aceptar” dijo, e instó a buscar otras vías de colaboración militar.