- Dos familias iraquíes demandan al Estado neerlandés por el impacto de un ataque aéreo de sus F-16 contra una fábrica de coches bomba en Hawija, al norte de Irak, que se cobró la vida de once de sus allegados, incluidos nueve niños, explicó ayer la abogada de derechos humanos Liesbeth Zegveld.
Zegveld, que representa a once personas, subrayó que varias casas fueron destruidas durante ese bombardeo “ilegal” que, además de las muertes, provocó daños físicos crónicos en los supervivientes, como en el hijo de una de las familias demandantes, que perdió la visión de un ojo.
Otro denunciante, un hombre de 40 años, perdió a su esposa y cinco hijos: su familia se encontraba de tránsito huyendo del Estado Islámico (EI), pero se vieron obligados a alquilar una casa en Hawija, a al menos 200 metros de la fábrica de coches bomba. Dos de sus hijos sobrevivieron.