- El primer ministro británico, Boris Johnson, afronta fuertes presiones para dimitir, tanto de sus filas conservadoras como de la oposición, por el escándalo de las fiestas en su residencia oficial durante la pandemia y que ha llevado este miércoles a un diputado tory a pasarse al laborismo.

En la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, el líder conservador eludió ayer todas las preguntas de los diputados sobre las controvertidas reuniones sociales que tuvieron lugar en Downing Street en 2020, cuando el Reino Unido mantenía restricciones de movimiento para contener la covid.

Johnson pidió esperar a conocer las conclusiones de la investigación de la funcionaria Sue Gray, a cargo de establecer qué pasó en el 10 de Downing Street y si el primer ministro sabía que se trataban de eventos sociales y no de citas de trabajo.

El momento más sorprendente de la sesión, que sufrió varias interrupciones por los reiterados gritos de los diputados, llegó cuando el diputado conservador David Davis, exministro del brexit y firme aliado de Johnson, le dijo: “En nombre de Dios, márchate”.

Pero el golpe más fuerte contra Johnson se produjo minutos antes del comienzo de la sesión de control en el Parlamento, cuando el diputado conservador Christian Wakeford, de la circunscripción de Bury South, en el norte de Inglaterra, anunció que se había pasado al laborismo.

El líder laborista, Keir Starmer, dijo que Wakeford había llegado a la conclusión de que el primer ministro “ha demostrado que es incapaz de ofrecer el liderazgo y el Gobierno que el país merece”. Sin embargo, el primer ministro se mostró desafiante al afirmar que los conservadores “volverán a ganar en Bury South”.

La partida de Wakeford es particularmente significativa al haber formado parte del grupo de diputados conservadores que ganaron -en las elecciones de 2019- circunscripciones del norte de Inglaterra que tradicionalmente habían estado en manos del laborismo, una zona denominada como el “muro rojo” (por los laboristas).

Aunque el premier ha pedido reiteradas disculpas, los partidos de la oposición y varios diputados conservadores exigen que Johnson presente la dimisión a la reina Isabel II.

Starmer llegó a calificar de “increíbles excusas” las dadas por Johnson sobre si estaba o no al tanto de las fiestas, sobre todo porque había “ vino y platos con bocadillos”.

Johnson buscó contrarrestar esta situación con el anuncio de la supresión de medidas restrictivas fijadas a finales de 2021 en Inglaterra para frenar la rápida propagación de la variante ómicron.

Comité 1922. No se descarta que el enfado en las filas conservadoras se traduzca en un proceso interno para destituir a Johnson como líder. Según los medios, el denominado Comité 1922, que agrupa a los parlamentarios conservadores sin cartera, ha recibido ya algunas cartas de diputados en las que manifiestan que no tienen confianza en el líder de su partido, pero se necesitan un total de 54 misivas para que el proceso que decida el futuro de Johnson salga adelante. Al parecer, varios diputados del norte de Inglaterra se reunieron el martes para analizar los pasos y es posible que el Comité 1922 reciba en breve las 54 misivas necesarias.

El 15% de diputados. Si se consiguen esas firmas, el presidente de este poderoso Comité 1922, Graham Brady, se verá obligado a comunicar a Boris Johnson el inicio del proceso interno, que deberá decidir si sigue o no como líder. Las 54 cartas representan al 15% de los diputados de las filas conservadoras.