- Un año después de que una turba de violentos radicales trumpistas asaltase el Capitolio de Washington, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, responsabilizó ayer a su antecesor en el cargo, Donald Trump, de crear una “red de mentiras” sobre las elecciones de 2020 e incitar a sus seguidores a asaltar el corazón de la democracia del país.
“Su ego herido le importa más que nuestra democracia y nuestra Constitución. No puede aceptar que perdió”, dijo Biden en un discurso desde el Capitolio, en el primer aniversario del ataque que dejó cinco muertos y 140 agentes heridos. Este episodio gravó aún más fractura y la polarización política y social que vive Estados Unidos y sobre la que ayer alertó, en un artículo en ‘The New York Times’, el expresidente Jimmy Carter, que advirtió de que el país “se tambalea” y corre “un riesgo real de conflicto civil”.
Aunque no mencionó por su nombre a Trump, Biden dedicó buena parte de su discurso a criticar a su predecesor, quien justo antes del asalto del 6 de enero de 2021 alentó a sus seguidores -congregados en Washington- a marchar hacia el Capitolio y “luchar” para evitar que se refrendara el resultado electoral.
“El expresidente de Estados Unidos de América ha creado y difundido una red de mentiras sobre las elecciones de 2020. Lo ha hecho porque valora más el poder que los principios”, afirmó Biden. Denunció que Trump y sus aliados han decidido que “la única forma de ganar para ellos es suprimir el voto y subvertir las elecciones. Eso está mal, no es democrático. Y, francamente, tampoco es americano”, agregó Biden, en alusión a las crecientes reformas a nivel estatal que, en la práctica, prometen dificultar el voto de las minorías y las personas con menos recursos económicos.
“Por primera vez en nuestra historia, un presidente no solo perdió las elecciones sino que intentó evitar la transferencia pacífica de poder mientras un grupo de violentos trataba de asaltar el Capitolio”, dijo.
“No puedes amar nuestro país solo cuando ganas. No puedes obedecer la ley solo cuando te conviene. No puedes ser patriótico cuando abrazas las mentiras y las permites”, agregó. Visiblemente irritado, el presidente insistió en que hay “cero pruebas” de las denuncias de fraude electoral que Trump difundió tras las elecciones de 2020, y que han provocado que la mayoría de los votantes republicanos sigan todavía sin creer que Biden ganara de forma legítima los comicios. “Él no solo es un expresidente. Es un expresidente derrotado, por un margen de más de 7 millones de sus votos, en unas elecciones completas, libres y justas”, subrayó.
El actual inquilino de la Casa Blanca aprovechó la ocasión para agradecer a la Policía su labor durante la jornada de hace un año. “En este lugar sagrado la democracia fue atacada. La voluntad del pueblo fue asaltada. Nuestra Constitución sufrió amenazas”, recordó. Sin embargo, dijo, “la Policía del Capitolio, en minoría, hizo frente al brutal ataque junto a la Guardia Nacional, el Departamento de la Policía Metropolitana y otros altos cargos y funcionarios de Washington”. “Nuestra democracia resistió. Prevalecimos”, destacó el mandatario.
Biden prometió mantenerse alerta ante la posibilidad de que la oposición republicana pueda intentar dar la vuelta a un posible resultado que no les favorezca en los próximos ciclos electorales: las legislativas de noviembre de este año y las presidenciales de 2024. “Defenderé esta nación. No dejaré que nadie ponga una daga en la garganta de la democracia”, recalcó. Insistió en que “la promesa de la democracia está en riesgo” tanto en Estados Unidos como en el mundo, donde, a su juicio, se libra una batalla ideológica contra las “autocracias” de países como China y Rusia.
El discurso de Biden llegó después de otro más corto de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, que alertó de “cómo sería el país si las fuerzas que buscaron desmantelar la democracia hubieran tenido éxito”. “Vimos la violencia, el caos”, matizó. “Cuando me reúno con gente joven siempre me preguntan cuál es el estado de nuestra democracia. Lo que les digo es que ese día muestra la doble naturaleza de la democracia, su fragilidad y su fortaleza.
Biden eligió la simbólica Sala de las Estatuas del Capitolio para su intervención, la primera vez que un mandatario del país pronuncia un discurso a la nación desde ese lugar. Rodeado de 35 estatuas que representan a algunos de los 50 estados (dos figuras por estado), Biden habló en una sala creada en 1807, pero destruida cuando las tropas británicas quemaron el Capitolio en 1814. Posteriormente, la estancia fue reconstruida y llegó incluso a servir de hemiciclo de la Cámara Baja hasta que fue convertida en una especie de galería de arte muy visitada por todos los turistas. -
Reforma del voto. Biden viajará la próxima semana junto a Kamala Harris al estado de Georgia para presionar en busca de la aprobación de una reforma electoral que ponga freno a los intentos de los republicanos de restringir el derecho a voto de los estadounidenses, especialmente de las minorías. El partido de Trump logró aprobar el año pasado 33 leyes que restringen el voto en 19 estados, y los expertos advierten que algunas de esas medidas podría facilitar una manipulación de los resultados.
Asalto “ilegítimo”. La mayoría de los estadounidenses considera que el asalto al Capitolio fue una expresión ilegítima de la libertad de expresión, según un sondeo divulgado este jueves por la Fundación Knight un año después del ataque. El sondeo señala que solo el 22 % de los entrevistados cree legítima el asalto, aunque el porcentaje se eleva hasta el 33% entre los republicanos.