- Los talibanes continúan su rápido avance con la toma de nueve capitales provinciales afganas en menos de una semana, mientras la comunidad internacional intenta presionarlos para que detengan la violencia y se sienten a negociar.
Sin embargo, la estrategia de los talibanes no parece pasar por ahora por la mesa de negociación, al haber intensificado su ofensiva contra el Gobierno afgano en coincidencia con el inicio de la fase final de la retirada de las tropas extranjeras, el pasado 1 de mayo.
Ayer se confirmó la captura por parte de los talibanes de Faizabad, capital de la provincia norteña de Badakhshan, la novena capital regional en caer en menos de una semana. “Faizabad, la capital de la provincia de Badakhshan, fue capturada por los talibanes”, declaró antes de la medianoche Hujatullah Khiratmand, diputado por esta región en la Cámara Baja.
Además, los talibanes tomaron el control ayer del cuartel general de uno de los siete cuerpos regionales del Ejército afgano, el denominado Cuerpo 217 del Ejército de Pamir, situado en la provincia norteña de Kunduz, y cuya jurisdicción se extiende a cuatro provincias en el norte del país.
El Cuerpo 217 del Ejército de Pamir estaba integrado por miles de efectivos, pero por ahora no hay cifras exactas de cuántos quedan en la zona, ya que una gran parte del personal se rindió a los talibanes o dejó su puesto en los últimos tres meses tras los intensos combates en las cuatro provincias que protegen.
Según las estimaciones del Gobierno afgano, en los últimos dos meses se han desplazado por la guerra más de 420.000 personas de 25 de las 34 provincias afganas.
Los talibanes insistieron ayer, sin embargo, en que nadie debe temer posibles represalias, ni siquiera los antiguos miembros de las fuerzas de seguridad o funcionarios, por lo que pidieron que nadie huya de las ciudades hacia otras regiones. Además, destacaron que son extremadamente cuidadosos a la hora de capturar las ciudades para que no se produzcan víctimas civiles, que si se producen -subrayaron- se debe a los bombardeos indiscriminados de las tropas afganas.
Así, el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, insistió ayer en que durante la toma de Faizabad “nadie resultó herido”, un discurso muy diferente al de muchos civiles y organizaciones humanitarias, que critican la violencia insurgente. Esta fue la novena capital de provincia en ser conquistada por los talibanes en menos de una semana, tras lograr victorias sucesivas en las capitales de las provincias de Nimroz, Jawzjan, Sar-e-Pol, Kunduz, Takhar, Samangan, Farah, y Baghlan.
Las fuerzas afganas y los talibanes mantienen además enfrentamientos en once provincias, en las que 439 talibanes murieron y otros 77 resultaron heridos, según indicó el ministerio de Defensa afgano, sin precisar el número de bajas en sus tropas.
Pese a los enfrentamientos, el presidente de EEUU, Joe Biden, aseguró que no se arrepiente de haber ordenado la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán a pesar del avance de los talibanes en el país, y recalcó que los líderes afganos deben “aunar esfuerzos” para hacer frente a dicha situación.
“No me arrepiento de mi decisión”, dijo Biden en declaraciones a la prensa en las que subrayó que se mantiene el plan de completar antes de final de agosto la retirada militar del país. Tras recordar que EEUU se ha gastado más de un billón de dólares en veinte años y “millares” de estadounidenses han perdido la vida o han resultado heridos en esta contienda, Biden insistió en que la misión estadounidense ha entrenado y equipado con recursos modernos a las tropas afganas, que cuentan con 300.000 efectivos.
“Gastamos más de mil millones durante veinte años. No me arrepiento de mi decisión”
Presidente de Estados Unidos