- El primer ministro en funciones de Israel, Benjamín Netanyahu, que volvió a la corte para la fase probatoria del juicio por corrupción en su contra, obtuvo el mayor número de recomendaciones para ser quien intente formar Gobierno y evitar nuevas elecciones.

Israel vivió ayer una jornada histórica, en la que el mandatario debió sentarse nuevamente en el banquillo mientras representantes de los distintos partidos se reunían con el presidente para recomendar a quien quieren que reciba el encargo de formar un Ejecutivo.

Fueron 52 las recomendaciones que recibió ayer Netanyahu, 7 más que las 45 recibidas por el centrista Yair Lapid, y que lo dejan mejor posicionado para ser quien reciba el encargo de formar Gobierno por parte del presidente, Reuvén Rivlin.

El hecho de contar con la mayoría de las recomendaciones no significa, sin embargo, que sea el primer ministro a quien Rivlin designe para intentar formar un Ejecutivo.

Más allá de la decisión de Rivlin, quien sea que reciba el encargo no tendrá una tarea fácil, dado que ni el bloque en favor de Netanyahu ni la oposición alcanzaron el mínimo de 61 de los 120 escaños necesarios para gobernar.

A la compleja situación política que enfrenta el mandatario se suma una más compleja aún situación judicial, que tuvo un nuevo capítulo en el Tribunal de Distrito de Jerusalén, donde avanza el juicio por corrupción en su contra.

Mientras Rivlin se reunía con representantes de los partidos, Netanyahu observaba cómo la fiscal general del Estado adjunta, Liat Ben-Ari, enumeraba las pruebas que presentará en las próximas semanas y que asegura incriminan al mandatario en los tres casos de corrupción por los que está acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza, entre otras cosas por tráfico de favores gubernamentales.

El primer recurso de la Fiscalía fue citar a declarar a Ilan Yeshua, exdirector ejecutivo del portal de noticias Walla, cuyo dueño, Shaul Elovitch, habría recibido favores por parte del jefe de Gobierno a cambio de cobertura favorable para él.

Elovitch, que también estuvo presente, es dueño del gigante de telefonía israelí Bezeq, que habría sido la compañía beneficiada por los favores del mandatario. El testimonio de Yeshua fue muy duro e incluyó precisos detalles sobre el día a día de la redacción de Walla, sobre la que dijo que constantemente llegaban pedidos o indicaciones desde la oficina de Netanyahu, a quien los redactores incluso llegaron a apodar “Kim”, en referencia al dictador norcoreano Kim Jong-un.

Ante esta situación, el futuro del jefe de Gobierno más longevo de la historia de Israel es incierto, y podría tomar formas muy diversas. Mientras que los cargos en su contra prevén varios años de cárcel, el juicio, que continuará e incluirá tres sesiones semanales por un período indefinido de tiempo, recién comienza y podría extenderse durante años.

En lo político, la oposición sigue sin encontrar soluciones a sus diferencias y el bloque ultraortodoxo y ultraderechista de Netanyahu no parecería estar listo para soltarle la mano.

Esta situación podría llevar a Israel a unas quintas elecciones en poco más de dos años, que pondrían el futuro del mandatario en manos de un electorado que, tras presenciar durante meses un sinfín de formalidades judiciales, ayer empezó a conocer los detalles de los cargos por corrupción contra su primer ministro.

52 escaños de 120. El bloque de partidos conservadores y religiosos encabezado por el Likud suma 52 diputados, y no se ha garantizado el respaldo del movimiento nacionalista Yamina, liderado por el exministro Naftali Bennett. Netanyahu reconoció que no acababa de ver “una fórmula para la formación de Gobierno” sostenida con una mayoría de al menos 61 de los 120 escaños de la Kneset (Parlamento), como exige la ley.

Poco después del final de la audiencia, el primer ministro comparó el juicio en su contra con un “intento de golpe de Estado”, al mismo tiempo que acusó un “abuso de autoridad” por parte de la Justicia.