El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, se anotó finalmente este miércoles los tres votos en el Colegio Electoral que otorga el estado de Alaska, donde los republicanos también ganaron su batalla por el Senado y quedaron a un paso de conseguir la mayoría en esa Cámara.
La victoria de Trump en Alaska no cambia el panorama en el Colegio Electoral, que ha convertido ya en presidente electo al candidato demócrata, Joe Biden, debido a su ventaja considerable en un número suficiente de estados clave.
Después de más de una semana de conteo de votos en ese remoto estado del noroeste de EE.UU., y con el 75 % escrutado, las cadenas de televisión NBC, ABC y CNN pronosticaron este miércoles que Trump se impondrá en el territorio.
Eso eleva a 217 el número de delegados que tiene asegurados Trump en el Colegio Electoral, muy lejos del mínimo de 270 que se necesitan para ganar las elecciones, mientras que Biden ya superó esa barrera y acumula 290.
Aún quedan por decidir Carolina del Norte, Georgia y, según algunos medios, también Arizona, aunque otros ya han proyectado que Biden se llevará ese estado.
La campaña de Trump ha presentado demandas en varios estados clave para desafiar el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, y ha alegado sin pruebas que se ha producido un fraude.
Sin embargo, es extremadamente improbable que esas demandas surtan efecto, porque necesitarían demostrar fraude no solo en uno, sino en múltiples estados, para dar la vuelta a los resultados y cubrir el trecho hasta los 270 delegados que Trump necesitaría para ser reelegido.
Mientras, el partido de Trump quedó este miércoles a un escaño de lograr la mayoría en el Senado, después de que el senador republicano Dan Sullivan lograra la reelección en Alaska frente al demócrata Al Gross, según las proyecciones de CNN, NBC y la consultora Edison.
Los republicanos se aseguran así 50 de los 100 escaños en la Cámara Alta, mientras que los demócratas controlarán de momento 48 cuando el nuevo Senado tome posesión a principios de enero.
Los dos escaños que quedan por decidir son de Georgia, y ambos irán a segunda vuelta el próximo 5 de enero al no haber alcanzado ningún candidato el 50%.
Aunque Biden parece dirigirse a una victoria en Georgia con poco más de 10.000 votos de ventaja, los actuales senadores en ese estado sureño son republicanos y sería una sorpresa que los demócratas lograsen arrebatar esos asientos.
Todo apunta, por tanto, a que cuando Biden tome posesión de su cargo el 20 de enero, tendrá que trabajar con un Senado controlado por el partido opositor y una Cámara Baja donde la mayoría demócrata ha perdido escaños, un panorama que dificultará que pueda impulsar cambios trascendentales.