Estados Unidos, el país del mundo más afectado por el coronavirus, superó este domingo los 5 millones de casos, inmerso en un rifirrafe entre los demócratas y la Casa Blanca por la decisión del presidente Donald Trump de firmar unilateralmente medidas para paliar los efectos de la pandemia en la economía.
Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, el EE.UU. registró a las 13.30 hora local (17.30 hora GMT) un total de 5.017.150 contagios, por delante de Brasil, con 3.012.412; la India, con 2.153.010; y Rusia, con 885.718.
Respecto a los fallecidos, EEUU también registra el mayor número de decesos en el mundo con 162.635; y le siguen Brasil, con 100.477; México, con 52.006; y el Reino Unido con 46.659.
Los estados más afectados en el país norteamericano por la pandemia son California, con 555.797 casos; Florida, con 532.806; y Texas, con 497.915.
En cuanto a los muertos, Nueva York es el estado más golpeado, con 32.773; seguido de Nueva Jersey, con 15.874; y California, con 10.316.
Pese al avance inexorable de los contagios, el debate político estuvo dominado este domingo por la economía con un toma y daca entre los demócratas y la Casa Blanca por la decisión de Trump de firmar cuatro órdenes ejecutivas.
"Bazofia inconstitucional"
Esos decretos, que el presidente rubricó el sábado en su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey), contemplan una prestación adicional para los desempleados, un retraso en el pago de impuestos sobre las nóminas, una moratoria en la devolución de los préstamos estudiantiles y una paralización de los desahucios de viviendas federales.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, fue contundente a la hora de tachar esas medidas de "bazofia inconstitucional".
"De hecho, lo que el presidente hizo, y estoy de acuerdo con lo que el senador republicano dijo, es una bazofia inconstitucional", sentenció Pelosi, en declaraciones a la cadena de televisión Fox News.
La política, que ha liderado las hasta ahora fallidas negociaciones con la Casa Blanca para lanzar un nuevo paquete de estímulo económico, se refería al comunicado publicado el sábado por el senador Ben Sasse, quien criticó las órdenes de Trump.
Y es que la base legal sobre la que el mandatario actuó unilateralmente ha sido cuestionada por los demócratas, que han amenazado con llevar sus decisiones ante la Justicia si se deja de lado al Congreso, que es el encargado de determinar el gasto federal.
Los demócratas no revelan si demandarán las acciones de Trump
Aun así, ni Pelosi ni el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, precisaron este domingo si finalmente demandarán las acciones de Trump.
Preguntado sobre la legalidad de esos decretos, Schumer afirmó a ABC News: "Bueno, sabe, dejaré eso a los abogados (...) No va a entrar (las órdenes) en efecto en la mayoría de lugares hasta dentro de semanas o meses porque está armado de una manera loca", reflexionó.
Los demócratas y la Casa Blanca llevaron a cabo entre el jueves y el viernes una ronda de negociaciones para impulsar un nuevo paquete de estímulo económico, que terminaron con acusaciones mutuas.
En marzo, la Casa Blanca y el Congreso acordaron un paquete de más de 2 billones de dólares, el mayor en la historia del país, que proporcionaba, entre otros, una prestación adicional a la semana de 600 dólares a los desempleados y ofrecía protecciones frente a los desahucios.
Sin embargo, ambas ayudas expiraron a finales de julio sin que las partes alcanzaran un pacto para prorrogarlas. En una de sus órdenes, Trump recupera la prestación semanal para los desempleados, pero la reduce a 400 dólares y requiere que los estados asuman el 25 % de su coste.
Billón para arriba, billón para abajo
En mayo, la Cámara Baja, controlada por los demócratas, aprobó un paquete de 3,4 billones de dólares que hubiera permitido el pago de los 600 dólares semanales hasta enero, pero tanto la Casa Blanca como los republicanos del Senado, de mayoría conservadora, rechazaron esa cantidad y buscaron rebajarla a 1 billón.
El jueves pasado, los progresistas ofrecieron rebajar a 2,4 billones su propuesta, pero pusieron como condición que la Casa Blanca incrementara su oferta de 1 a 2 billones, lo que fue rechazado por los negociadores del Gobierno.
Ante el colapso de las conversaciones, Trump cumplió sus amenazas y firmó las órdenes ejecutivas, sobre las que los demócratas expresaron este domingo dudas sobre su viabilidad.
En opinión de Pelosi, esas medidas no ofrecen fondos a prestaciones adicionales, sino que ponen sobre la mesa una "fórmula complicada" que supondrá un tiempo hasta que el dinero llegue a los bolsillos de los estadounidenses.
A su juicio, es ilusorio pensar que vaya a haber una paralización de los desahucios: "Mientras que (el decreto) contiene la ilusión de decir que vamos a tener una moratoria en los desahucios, dice 'voy a preguntar a los chicos a cargo que estudien si es viable".
"Mientras -agregó-, (Trump) dice que va a hacer (eliminar) el impuesto sobre las nóminas, cuando lo que está haciendo es socavar la Seguridad Social y Medicare, por lo que esto son ilusiones", indicó la presidenta de la Cámara Baja.
La demócrata sostuvo que hay que llegar a un acuerdo entre ambas partes e insistió en que su partido ha hecho concesiones durante las negociaciones.
Desde la Casa Blanca, defendieron las acciones del presidente y arremetieron contra los progresistas.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, advirtió en una entrevista con Fox News de que si los demócratas llevan las órdenes ejecutivas ante la justicia serán responsables del retraso de la ayuda a los estadounidenses.
"Hemos aclarado todas estas acciones con la Oficina del Abogado Legal -subrayó-. Si los demócratas quieren retarnos en los tribunales y retener las prestaciones al desempleo de aquellos estadounidenses trabajadores que están fuera de sus puestos debido a la covid, van a tener que explicar mucho".