Washington - El banco estadounidense Capital One reconoció ayer que piratas informáticos accedieron a los datos de cerca de 100 millones de solicitudes de tarjetas de crédito de sus clientes. En un comunicado paralelo, el Departamento de Justicia informó de que el FBI detuvo en Seattle (estado de Washington) a la presunta responsable del robo, identificada como Paige A. Thompson, en cuya vivienda hallaron una copia de la información hackeada.
Thompson está acusada de fraude y abuso informático -delito que acarrea hasta cinco años de cárcel- y comparecerá el próximo 1 de agosto ante un juez, quien decidirá si fija o no una fianza. “Si bien estoy agradecido de que el autor haya sido detenido, lamento profundamente lo que sucedió. Pido disculpas sinceras por la comprensible preocupación que este incidente debe estar causando a los afectados y me comprometo a repararlo”, dijo en un comunicado el consejero delegado de Capital One, Richard D. Fairbank
Según el banco con sede en McLean (Virginia, EEUU), Thompson accedió a los datos de unos 100 millones de personas en Estados Unidos y otros 6 en Canadá que solicitaron una tarjeta de crédito entre 2005 y 2019. En la gran mayoría de casos se trata de datos personales como nombres, direcciones, teléfonos, fechas de nacimiento o ingresos, así como el historial crediticio.
Sin embargo, Thompson también obtuvo los números Seguridad Social de 140.000 personas en EEUU y de un millón en Canadá. También obtuvo números de cuentas bancarias de 80.000 personas, según reconoció la entidad.
En el comunicado, Capital One calcula que este robo le costará entre 100 y 150 millones de dólares entre abogados, seguridad cibernética y servicios bancarios a los afectados. Según documentos judiciales, fue Thompson quien dio a conocer el robo a través de la plataforma de desarrollo colaborativo GitHub. Un usuario de GitHub alertó el pasado 17 de julio a Capital One de la posibilidad de haber sufrido un robo. - Efe