La Habana - El cardenal cubano Jaime Ortega, que representó un papel clave en el acercamiento entre la Iglesia y el Estado así como en la distensión de las relaciones de Cuba con Estados Unidos, falleció ayer a los 82 años, tras una larga batalla contra el cáncer, según dijo el secretario personal del cardenal, Nelson Crespo.

Ortega, que fue detenido en un campo de trabajos forzados en los años 60 cuando el Gobierno de Fidel Castro aumentó su presión sobre figuras religiosas y otros enemigos ideológicos, se convirtió en arzobispo de La Habana en 1981, en un momento en que Cuba aún era oficialmente un país ateo. En sus 35 años como arzobispo de La Habana, y a medida que se suavizaba la postura de Castro hacia la Iglesia Católica, su visibilidad se consolidó y logró construir una relación con el Gobierno gracias en parte a un estilo conciliador.

Ortega recibió a tres Papas - Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y Francisco en 2015- y negoció la liberación de decenas de presos políticos en 2010 y 2011. Se convirtió en una de las principales figuras políticas de Cuba, particularmente después de que la isla se convirtiera en 1992 en un Estado secular y Raúl Castro asumiera la presidencia. En 2014 fue Ortega quien transmitió los mensajes entre el Papa Francisco, Castro y el expresidente Barack Obama. - E.P.