Washington - Rodeado de tanques y con un discurso con pausas para presenciar el sobrevuelo de diferentes tipos de aviones militares, el presidente estadounidense, Donald Trump, presumió ayer del potencial del Ejército de EEUU en la celebración del Día de la Independencia del país en Washington. “Durante más de 65 años, ninguna fuerza aérea enemiga ha logrado matar a un solo soldado estadounidense. Porque el cielo pertenece a Estados Unidos”, se jactó Trump en un discurso frente al Monumento al expresidente Abraham Lincoln (1861-1865). En su alocución, Trump destacó la presunta eliminación del “califato” autoproclamado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y aseguró que el Ejército estadounidense está formado por “los mejores soldados de la Tierra”. “Al reunirnos este atardecer en la alegría de la libertad, recordamos que todos compartimos un patrimonio extraordinario. Juntos, somos parte de una de las mejores historias jamás contadas: la historia de Estados Unidos”, apuntó. Pese a que se había especulado con que Trump politizaría su discurso, el mandatario no se salió prácticamente de un guión centrado en ensalzar episodios y logros históricos de las Fuerzas Armadas del país.

El acto Saludo a Estados Unidos organizado por la Casa Blanca contó con la presencia de varios aviones y helicópteros militares que sobrevolaron la explanada del National Mall, uno de los lugares más emblemáticos de Washington.

Dos aviones F-18 Hornet y dos F-22 Raptor, entre otros, sobrevolaron la capital estadounidense durante el discurso de Trump realizando diferentes maniobras en el aire y provocando así los aplausos y gritos de “Estados Unidos, Estados Unidos” entre los asistentes. Trump alabó también el “espíritu estadounidense que envalentonó a los padres fundadores”, el grupo que lideró la Revolución de las Trece Colonias contra la Corona Británica y participó en la fundación de Estados Unidos en 1776. “Hasta el día de hoy, ese espíritu corre por las venas de cada patriota estadounidense. Vive en todos y cada uno de vosotros”, señaló. El mandatario pronunció estas palabras frente a un grupo de invitados vip por la Casa Blanca, que repartió entradas de las primeras filas de las gradas temporales delante del Monumento a Lincoln a grandes donantes republicanos y familiares de militares y veteranos de las Fuerzas Armadas. “Mientras nos mantengamos fieles a nuestra causa, mientras recordemos nuestra gran historia, y mientras no dejemos de luchar por un futuro mejor, entonces no habrá nada que Estados Unidos no pueda hacer”, continuó Trump, entre fuertes aplausos de sus seguidores.

La alta seguridad del Servicio Secreto de EEUU y las vallas metálicas instaladas alrededor del icónico monumento fueron el centro de las críticas en las redes sociales, donde se recordó que hasta este año era posible sentarse en sus escaleras el 4 de julio para presenciar los fuegos artificiales. Como cada año, miles de familias se congregaron en la explanada del National Mall de Washington a lo largo del día vistiendo todo tipo de piezas de ropa con los colores de la bandera estadounidense, aunque la intermitente lluvia alejó a muchas personas, según medios locales. También se pudieron apreciar diferentes creencias políticas entre los asistentes: muchas personas llevaban las características gorras rojas con el lema “Hacer Estados Unidos Grande Otra Vez” (Make America Great Again), mientras otras lucían camisetas con el texto “Él no es mi presidente” en inglés.

La gran atracción para los detractores del mandatario fue la presencia del bebé Trump, un globo hinchable que caricaturiza al presidente y que se hizo famoso en las protestas del año pasado en Londres.

Sin embargo, uno de los episodios más tensos de la jornada se vivió ayer enfrente de la Casa Blanca, cuando un hombre quemó una bandera estadounidense y fue detenido por el Servicio Secreto estadounidense, de acuerdo a medios locales.