Brasilia - El general de la reserva del Ejército brasileño Hamilton Mourao, investido como vicepresidente de Brasil, es un oficial de ideas conservadoras que quiere llevar la disciplina militar al Gobierno. De 65 años y natural de Porto Alegre, la capital más meridional de Brasil, comparte con el nuevo presidente de Brasil su nostalgia por la dictadura militar. El general fue uno de los principales protagonistas de la última campaña electoral debido a sus polémicas declaraciones de tinte conservador, ultraderechista, machista y racista. Levantó ampollas en distintos sectores de la sociedad al afirmar que “las familias sin la figura de padre y abuelo” y “solo con madre y abuela” serían “fábricas de elementos desequilibrados, que tienden a ingresar en bandas de narcotráfico”.

También generó profundas críticas cuando declaró que uno de los “problemas” de Brasil es que buena parte de su sociedad mezcla “la indolencia de los indios” con el carácter “malandro” de los negros. El general, de línea dura, tiene un aprecio por la disciplina del Ejército y ha manifestado admiración pública por el fallecido coronel Carlos Brilhante Ustra, uno de los mayores símbolos de la represión y la tortura durante la dictadura. Con su llegada al poder, Brasil confirma el peso de la disciplina militar entre los altos cargos de su nuevo Gobierno, lo que para unos representa un peligro para la democracia y para otros, la solución a la violencia y la corrupción. Además de Mourao, dos generales activos y dos de la reserva integran el gabinete de Bolsonaro. - S.C.M.