Bilbao - Marta Sánchez Soler es mexicana nacida en Francia y de padres españoles. Residió en Estados Unidos entre 1990 y 2006, donde trabajó en la defensa de los migrantes mexicanos. A su regreso al país azteca se puso una nueva meta: denunciar los riesgos a los que se enfrentan los centroamericanos en la ruta hacia el norte.

¿Cuál es la misión del Movimiento Migrante Mesoamericano?

-Andamos siempre en la ruta acompañando a los migrantes en su travesía. La misión es que se acabe la violencia en la ruta migratoria, pero no lo hemos logrado, al contrario. Cada vez que tenemos un logro, la violencia se incrementa en la ruta migratoria.

¿A qué riesgos se enfrentan los migrantes centroamericanos?

-La extorsión que es lo primero a lo que se enfrentan; para cuando llegan al primer albergue ya no tienen dinero. A veces ni zapatos traen. La extorsión se da, fundamentalmente, por el crimen local y las policías municipales. Y luego van desde el secuestro, la violación sexual y hasta la muerte.

¿Cuántas personas desaparecen o fallecen en la ruta?

-Es muy difícil tener cifras exactas porque esta gente está sin ningún registro, pero la cantidad es estratosférica. Cuando hemos ido a Honduras hemos puesto una mesita en el parque de un pueblito de 3.000-4.000 habitantes y hemos dicho a la población que si tienen desaparecidos nos den los datos para ayudarles a buscarlos. En menos de una semana hemos recibido 200 casos plenamente documentados, con actas de nacimiento, fotografías, etc. No nos hemos topado en Centroamérica con nadie que no tenga a un conocido, un amigo o un familiar desaparecido.

¿Cuántas personas han encontrado?

-Hemos encontrado a más de 300 migrantes en vida.

Hace un mes se celebró en México la primera cumbre de madres de desaparecidos. ¿Cuál fue la conclusión?

-Esta cumbre la organizamos porque pensamos que ya era tiempo de globalizar el movimiento de búsqueda, porque empezamos en 2006 con Honduras, a los dos años se unió El Salvador, después Nicaragua y Guatemala y, finalmente, pudimos tener una caravana centroamericana que organizamos cada año. A nosotros, las organizaciones centroamericanas nos entregan a sus gentes en la frontera y nos hacemos cargo de todo lo que es el recorrido por México y las actividades por el país, y se las entregamos de nuevo en la frontera. Hace un mes tuvo lugar el Foro Social de las Migraciones y pensamos que había que globalizar el movimiento de madres. Invitamos a madres de Túnez, Marruecos, Argelia, Mauritania, Senegal, Italia y España, así como a las centroamericanas que llegaron justo en caravana a unirse a la cumbre. También hubo madres mexicanas, que aunque no buscan migrantes tienen el vínculo de la desaparición y la desaparición forzada. La cumbre concluye con un manifiesto de las madres al mundo y con el inicio de una red mundial de madres, una red virtual que se está montando para que los impactos de las acciones de unas repercutan en otros lados y sea un movimiento global.

¿Cuentan con algún tipo de apoyo?

-No. Vamos consiguiendo donativos conforme vamos caminando.

¿Cómo es la acogida de la caravana de madres por México?

-Rosa Nelly Maldonado (coordinadora de Cofamipro) lo dijo muy bien. Le preguntó un funcionario que cómo las estábamos tratando, como para recibir ovaciones, y ella contestó: “a nosotras nos tratan muy bien, pero a nuestros hijos los tratan muy mal”.

¿Cuál es el espíritu de la caravana? ¿Con qué ánimo caminan las madres?

-Es muy intenso. En general, lo reviste la esperanza. Siempre tenemos encuentros en las caravanas y eso ayuda muchísimo a que las madres no se pongan tristes, pero hay de todo, hay ratos de mucha alegría, de angustia, de tristeza.

La llamada caravana ha llegado a Tijuana. ¿Y ahora qué?

-La mal llamada caravana; no es una caravana, es un éxodo, porque no ha sido organizada por nadie. Ahora están en una encrucijada, ahí van a estar meses esperando que les llegue su turno y les entreguen el papelito para solicitar asilo en Estados Unidos. La situación es muy complicada, fundamentalmente, para los migrantes, y para México.

Ayer entró un nuevo gobierno en México. ¿Se sabe qué medidas va a tomar López Obrador?

-El nuevo presidente les ha ofrecido visas de trabajo y, en general, creemos que la situación de los migrantes en tránsito mejorará, pero el monstruo al que hay que enfrentarse es el gobierno de Donald Trump y esperemos que nuestro nuevo presidente pueda hacerlo de una mejor manera y que se respete la soberanía del país. Hace unos días, Estados Unidos disparó balas de goma y cartuchos de gas lacrimógeno hacia México y México ni siquiera ha puesto una nota diplomática, eso es un acto de guerra. Es un acto criminal.

Hubo tres heridos.

-Uno de ellos es un activista nuestro, Rubén Figueroa, le abrieron la cabeza y necesitó cuatro suturas.