Trìpoli - El Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), sostenido por la ONU en Trípoli, declaró el estado de emergencia en toda la capital tras una semana de intensos combates entre milicias rivales, los peores desde el inicio en 2014 de la guerra civil en Libia. “Se requiere la adopción de todas las medidas militares y civiles para garantizar la seguridad de la población y proteger tanto la propiedad privada como las instalaciones e instituciones públicas vitales”, explicó el GNA en un comunicado. En la nota, el Ejecutivo que dirige Fayez al Serraj anuncia la formación de un gabinete de crisis para gestionar el nuevo estado de emergencia y advierte a las partes en conflicto de que tendrán que hacer frente a las consecuencias si tratan de aprovechar la ocasión para avanzar en sus objetivos.

Los enfrentamientos, que se han cobrado ya la vida de medio centenar de personas, mantienen atrapados sin acceso a la electricidad y al agua corriente a miles de civiles, entre ellos varios centenares de migrantes hacinados en centros de detención. Y se han complicado a lo largo de los últimos días con la entrada en el conflicto de milicias procedentes de otras ciudades, en particular de las ciudades-estado de Misrata y Zintan, y las localidades de Tarhouma y Zawia, está última uno de los núcleos de la mafias que trafican con personas en Libia. Los últimos en sumarse a los esfuerzos en favor de un acuerdo han sido los miembros del Consejo de Ancianos de Libia, que han formado una célula de emergencia para tratar de que todas las partes se avengan a negociar.

Los combates, que han dejado una veintena de civiles muertos y han causado más de 200 heridos, estallaron el pasado domingo en un área densamente poblada del barrio meridional de Salehdin, próxima al antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, la pieza estratégica codiciada por los contendientes.

En declaraciones a la prensa local, su líder, Mohamad al Mubshir, admitió que la tarea “es excesivamente complicada”, ya que “la ausencia de observadores independientes hace muy difícil determinar cuál de las partes es responsable de la ruptura del último alto el fuego”. “Se debe buscar una solución general para (la multitud de) grupos armados, ya que si no se aborda ahora ese problema, la situación volverá a estallar en el futuro”, agregó.

Los intensidad y la extensión de los combates se multiplicó el viernes, lo que obligó a cerrar las pistas de aterrizaje y despegue de la base aérea de Mitiga, único aeropuerto que estaba en activo en la capital. Desde entonces, más de 60 familias están atrapadas, sin acceso al agua corriente, la electricidad y los alimentos frescos en el llamado Triángulo Suzuki, próximo a la base militar de Al Yarmuk, intensamente bombardeado. Miles más se han visto obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio en escuelas y hospitales y en ciudades del extrarradio. - Efe