Londres - Con banderas y pancartas comunitarias, miles de personas se manifestaron ayer en Londres a favor de una votación sobre el acuerdo final del Brexit, cuando se cumplen dos años del referéndum británico sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

En un ambiente familiar y festivo y bajo un sol radiante, los manifestantes partieron desde la avenida Pall Mall en dirección a la plaza del Parlamento de Westminster, en un evento organizado por el grupo People’s vote (El voto del pueblo).

“Queremos tener la palabra sobre el Brexit”, “Aún no nos hemos marchado”, “Detener el Brexit” o “Tengo 16 años. El Brexit me robó el futuro” son algunos de los carteles que mostraron los participantes en su marcha hacia el palacio de Westminster. El objetivo de esta cita era pedir al Gobierno que conceda a los británicos la oportunidad de votar en una consulta acerca de si aceptan o no el acuerdo sobre el Brexit que alcance la primera ministra conservadora, Theresa May, con el bloque comunitario.

El Reino Unido se retirará de la UE el 29 de marzo de 2019, tras lo cual empezará un periodo de transición que culminará a finales de diciembre de 2020, pero hasta el momento Londres y Bruselas no se han puesto de acuerdo sobre los términos finales del divorcio.

Con la retirada de la UE, el Reino Unido pondrá fin a más de cuarenta años de participación en el bloque europeo, al que se unió en 1973 en lo que era entonces la Comunidad Económica Europea (CEE).

Casi quince meses después de que May activase el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece la cuenta atrás para la desconexión con la UE en un periodo de dos años, el Gobierno tory está sumido en una profunda crisis interna entre los llamados ministros brexiteers (a favor del Brexit) y los remainers (proeuropeos) sobre el tipo de vínculo comercial que se quiere tener con la UE. Los primeros son partidarios de una ruptura “dura”, sin acceso al mercado único y a la unión aduanera, y los segundos prefieren una salida “suave”, estar más cerca de la UE en materia comercial.

En medio de esta profunda grieta y la debilidad de su Gobierno, que saca adelante las leyes con el apoyo de los diez diputados del probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, May busca la manera de contentar a ambos bandos, al tiempo que negocia un acuerdo favorable para su país y aceptable para Bruselas.

Ayer, el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, abanderado del Brexit, pidió una salida “completa” de la UE y aseguró, en un artículo publicado en el rotativo The Sun, que la población no toleraría una retirada suave de la Unión, sino que quiere romper con Bruselas.

“En todo el país encuentro gente que, más allá de cómo haya votado, quiere que nosotros sigamos y hagamos (las cosas)... No quiere una especie de compromiso sin esperanza, un acuerdo de tira y afloja perpetuo en el que estemos la mitad dentro y la mitad fuera”, subrayó el jefe de la diplomacia británica.

En el referéndum de hace dos años, el 53,4% de la población votó a favor del Brexit frente al 46,6% que lo hizo en contra.

Por su parte, el negociador británico del Brexit, David Davis, dijo al tabloide Daily Express que el Reino Unido está dispuesto a marcharse del club europeo sin acuerdo. “No queremos hacer eso, nunca lo quisimos. La mejor opción es salir con un buen acuerdo, pero tenemos que poder marcharnos de la mesa (de negociación sin nada)”, insistió Davis, quien también respaldó el Brexit en el plebiscito del 23 de junio de 2016. Otro brexiteer, el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, afirmó ayer a la BBC que es “esencial” que la UE “entienda” la afirmación de Theresa May de que marcharse sin un acuerdo es mejor que hacerlo con uno malo y consideró que una retirada sin pacto tendrá consecuencias económicas para varios países europeos.

Londres y Bruselas aún no se han puesto de acuerdo sobre el vínculo comercial entre ambas partes ni cómo se resolverá el espinoso asunto de la frontera entre las dos Irlandas, pues el objetivo es que siga siendo invisible para no perjudicar el proceso de paz en Irlanda del Norte.