Washington - El presidente Trump dio ayer un pequeño paso hacia un posible refuerzo del control de armas en Estados Unidos al respaldar un proyecto de ley sobre el tema, en un cambio de postura después de obviar el asunto durante más de un año en su respuesta a los tiroteos en el país.

Trump, que durante la campaña electoral se alió con quienes se oponen a cualquier límite a la posesión de armas de fuego en Estados Unidos, hizo una leve concesión a quienes clamaron por un mayor control del armamento a raíz del tiroteo que el pasado miércoles dejó 17 muertos en una escuela secundaria de Parkland (Florida). Y lo hizo al apoyar un proyecto de ley presentado en noviembre por el senador republicano John Cornyn y el demócrata Chris Murphy, que tendría un alcance limitado porque solo trataría de aumentar la eficacia de la base de datos nacional sobre antecedentes criminales, para impedir que las personas allí incluidas puedan comprar armas.

“El presidente habló el viernes con el senador Cornyn sobre el proyecto de ley bipartidista que presentaron el senador Murphy y él para mejorar el cumplimiento a nivel federal de la legislación de verificación de antecedentes criminales”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, en un comunicado.

“Aunque las conversaciones continúan y se están considerando cambios (al proyecto de ley), el presidente apoya los esfuerzos para mejorar el sistema federal de verificación de antecedentes”, añadió. Ese gesto supone un cambio en la posición de Trump, que durante su presidencia solo ha tomado una medida relacionada con las armas: la firma, hace un año, de una ley que suspendía una regulación del expresidente Barack Obama para impedir que las personas con problemas mentales puedan acceder a la compra de armamento.

Trump apoya a la Asociación Nacional del Rifle (NRA), un poderoso grupo de presión que se opone a cualquier límite a la posesión de armas en Estados Unidos, y el año pasado prometió a esa organización que tendrían “un amigo en la Casa Blanca”. Sin embargo, su anuncio de ayer no supone una traición a la NRA, dado que ese grupo aseguró en noviembre que no se oponía al proyecto de ley de Cornyn y Murphy. De hecho, el plan de los senadores no buscaría aumentar el tipo de control de antecedentes de armas que se hace a posibles compradores, del que actualmente están exentos, en la mayoría de los estados, aquellos clientes que negocien con vendedores sin licencia, como los que operan a través de Internet o en ferias de armas.

La propuesta de Cornyn y Murphy tiene un objetivo más modesto: fortalecer la base de datos del Sistema Nacional Instantáneo de Verificación de Antecedentes Criminales (NICS, en inglés), utilizado por el FBI para comprobar en cuestión de minutos si alguien que solicita comprar un arma ha cometido algún delito. Esa base de datos está incompleta, porque algunos estados y agencias federales no cumplen el requisito de informar al NICS cuando condenan a un sospechoso de un crimen.

Incentivos El proyecto de ley daría incentivos financieros a los estados que informen al NICS de cualquier condena criminal, además de aplicar el requisito ya existente de que las agencias federales transmitan a esa base de datos la información que tengan sobre esas sentencias.

El apoyo de Trump podría generar un impulso para ese proyecto de ley, que muchos expertos consideran el único capaz de salir adelante en el actual Congreso, controlado por los republicanos. Pero no está claro que el debate en el Congreso pueda mantenerse una vez que desaparezcan los titulares sobre el tiroteo en Florida.

En octubre pasado, después de que un tiroteo en un concierto en Las Vegas dejara 58 muertos y 489 heridos, la Casa Blanca afirmó que daba “la bienvenida a un debate” sobre la posibilidad de restringir la venta de unos dispositivos usados en ese ataque, y que permiten que las armas de fuego puedan dispararse más rápido. No obstante, el debate sobre la regulación de esos mecanismos, llamados en inglés bump stocks, nunca cobró fuerza en el Congreso, y muchos estadounidenses son escépticos de que el liderazgo de Trump baste para lograr que el Senado dé prioridad al control de armas.

En cualquier caso, el presidente estadounidense ha tomado un papel más activo en la respuesta al tiroteo en Florida que en otros registrados durante su presidencia, y esta semana tiene previsto reunirse con estudiantes, profesores y distintas autoridades del país para hablar sobre “la seguridad en las escuelas”, según ha señalado la Casa Blanca.

Varios políticos republicanos, como el senador por Florida Marco Rubio, han pedido aumentar el control de armas tras el tiroteo, y los estudiantes de la escuela afectada hicieron lo mismo en una protesta el sábado, en la que dirigieron duras críticas a Trump.