Berlín - Varsovia defendió ayer la reforma legal aprobada por el Senado que convierte en ilegal acusar a polacos de complicidad en el Holocausto y pena con hasta tres años de cárcel el uso de la expresión campos de exterminio polacos, pese a las críticas de Israel y las advertencias de Estados Unidos.
La ley se suma a otro proyectos del partido conservador y nacionalista Ley y Justicia (PiS), que gobierna con mayoría absoluta, que han levantado ampollas dentro y fuera de Polonia, como las sucesivas reformas del sistema judicial por las que la Comisión Europea (CE) ha abierto un procedimiento por violaciones del Estado de derecho. “Fueron los alemanes los que atacaron Polonia, mientras que los polacos y los judíos fueron las víctimas”, insistió ayer la portavoz del Gobierno polaco, Joanna Kopcinska.
La nueva ley aprobada anoche, indicó el Ministerio de Exteriores en un comunicado, “no inhibe la libertad de expresión o investigación”, sino que tan sólo trata de “combatir todas las formas de negación y distorsión de la verdad del Holocausto o el que se minimice la responsabilidad de sus verdaderos autores”.
“Acusar a la nación polaca o al Estado polaco de complicidad con el III Reich alemán en los crímenes del nazismo es inexacto, engañoso y doloroso para las víctimas que son ciudadanas polacas”, dice el texto.
El Ministerio reconoce “diferencias” con otros países a causa de la norma, pero se muestra convencido de que la reforma “no afectará a la asociación estratégica de Polonia con Estados Unidos”. Poco antes Washington había mostrado, a través de un comunicado del Departamento de Estado, sus temores a que la reforma pudiese afectar a la libertad de expresión y la investigación académica, así como a las relaciones “estratégicas” de Polonia con Estados Unidos e Israel. “Animamos a Polonia a reevaluar esta legislación a la luz de su potencial impacto en el principio de la libertad de expresión y en nuestra habilidad de ser socios efectivos”, indicó.
En nombre del Gobierno israelí, el portavoz de Exteriores, Emanuel Nahshon, condenó la reforma polaca, al considerar que esta “desafiar la verdad histórica es de suma gravedad” y ninguna ley podrá “cambiar los hechos”. - Efe