Copenhague - El Partido Laborista noruego, líder de la oposición, mantuvo ayer una reunión de su comité central, la segunda en una semana, donde estudió medidas tras la dimisión de uno de sus vicepresidentes, Trond Giske, por denuncias de acoso sexual. Giske, que llevaba apartado de forma temporal del cargo desde Año Nuevo, anunció la noche del domingo su dimisión de todos sus cargos en el partido, apelando a que es lo mejor para su familia y para el partido, una decisión aplaudida por el líder laborista, Jonas Gahr Støre.

“Afecta sobre todo a quienes más quiero y que no han elegido tener una vida en la política. Es muy duro para ellos ver la imagen que se ha creado de mí día y noche”, escribió Giske, de 51 años y considerado desde hace años aspirante al liderazgo laborista.

La prensa noruega difundió a mediados del mes pasado las primeras denuncias anónimas de compañeras de partido por episodios de acoso sexual, lo que provocó que Giske pidiese la baja por enfermedad y, semanas después, abandonara sus puestos de responsabilidad. Aunque el político laborista se disculpó inicialmente de algún “comportamiento inadecuado”, negó que haya existido acoso sexual.

La salida de Giske deja a Hadia Tajik como única vicepresidente del partido, cargo al que había ascendido con aquél hace dos años. Tras ser líder de las Juventudes Laboristas a mediados de la década de 1990, Giske se convirtió en diputado en 1997 y ocupó las carteras de Investigación, Cultura y Comercio en los tres últimos gobiernos laboristas, presididos por Jens Stoltenberg, actual secretario general de la OTAN. - Efe