Nueva York - Una clara mayoría de los países del mundo se unieron ayer en la ONU para condenar la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, desoyendo las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump. Con 128 votos a favor, 9 en contra y 35 abstenciones, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución no vinculante que demanda a Washington dar marcha atrás y que se abstenga de trasladar su embajada a Jerusalén.
Aunque no sirvieron para frenar la iniciativa, las advertencias lanzadas por EEUU en las últimas horas se tradujeron en un puñado de apoyos y un número de abstenciones mayor del habitual en este tipo de resoluciones.
Finalmente Guatemala, Honduras, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau y Togo votaron en contra del texto, alineándose con Estados Unidos e Israel. Países como Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Hungría, México, Panamá, Paraguay o Polonia optaron por abstenerse, mientras que una veintena de Estados miembros no acudieron a la sesión o prefirieron no votar. Así, la resolución obtuvo un apoyo algo más limitado que muchas otras aprobadas cada año en apoyo de Palestina, dando a entender que la presión estadounidense tuvo cierto éxito. Sin ir más lejos, en la víspera la Asamblea General había adoptado un texto sobre la soberanía de los palestinos en los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, con 163 votos a favor, 6 en contra y 11 abstenciones. El voto de ayer, sin embargo, se producía en una situación muy distinta, con Trump advirtiendo de que se iba a tomar “personalmente” la postura de cada Estado. Las amenazas explícitas del presidente estadounidense incluían la posibilidad de cortar ayudas a los países que le diesen la espalda en esta cuestión y fueron reiteradas por su embajadora, Nikki Haley, momentos antes de la votación.
Más amenazas “Este día será recordado”, dijo la representante estadounidense a la Asamblea General, utilizando un tono amenazador muy poco habitual en el mundo diplomático. Haley insistió en que EEUU “recordará” el voto la próxima vez que un país le pida apoyo financiero o político o cuando se le vuelva a reclamar que sea el principal contribuyente al presupuesto de Naciones Unidas.
“Estados Unidos va a situar su embajada en Jerusalén. Eso es lo que los estadounidenses quieren que hagamos. Y es la decisión correcta. Ningún voto en la ONU hará una diferencia”, recalcó.
Frente al mensaje de Haley, los palestinos pidieron al mundo no ceder al “chantaje” y la “intimidación” y situarse “del lado correcto” de la historia. “No seremos amedrentados”, aseguró el ministro palestino de Exteriores, Riyad al Maliki, que denunció la decisión Trump como “ilegal” y como un ataque contra su pueblo. Esa idea fue reiterada por varios países de mayoría musulmana, encabezados por Turquía, que junto a Yemen fue el encargado de presentar oficialmente la resolución ante la Asamblea. “Se nos ha pedido a todos que votemos ‘no’ o que nos atengamos a las consecuencias. Algunos incluso han sido amenazados con cortes en la ayuda al desarrollo. Esta actitud es inaceptable”, dijo el titular de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu. “Esto es abuso y esta cámara no se plegará a eso. Es poco ético creer que los votos y la dignidad de los Estados miembros están en venta”, dijo a EEUU El pasado 6 de diciembre Trump reconoció Jerusalén como capital israelí, rompiendo décadas de consenso internacional.