Berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció ayer que el Estado cometió fallos en materia de seguridad y en la atención a las víctimas al confrontar su primer gran atentado yihadista, sucedido hace un año en Berlín y que costó la vida a doce personas. Merkel asumió sus errores y los de su Gobierno durante una jornada gris y fría, cargada de actos conmemorativos junto al mercadillo navideño en el que irrumpió con un camión robado Anis Amri, un tunecino de 24 años que fue abatido por la policía italiana en Milán cuatro días después. “Hoy -por ayer- es un día de tristeza, pero también de mostrar la voluntad de hacer mejor aquello que no salió bien”, subrayó la canciller, que indicó que el atentado evidenció las “debilidades del Estado”.
La líder cristianodemócrata asumía así las principales críticas que ha recibido en las últimas semanas, especialmente de parte de los afectados, que cargaron contra ella en una carta abierta porque no los había recibido -algo que hizo el lunes por primera vez-.
Los heridos y los allegados de las víctimas también se quejaron por las trabas burocráticas con que toparon para reclamar las ayudas que les correspondían y la exigua cuantía de las prestaciones.
La canciller indicó que su Gobierno no sólo debe mejorar la seguridad de sus ciudadanos, sino también dar a todos los damnificados “la oportunidad” de volver a ponerse en pie tras el golpe. Recordó en el encuentro que mantuvo con heridos y familiares de las víctimas y señaló que piensa volver a reunirse con ellos “en unos meses” para mostrarles “qué se ha aprendido” y “qué se puede hacer en el futuro mejor”. - Efe