londres - Muchos esperan que el titular británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, entre en acción y lidere el complot para derribar a su actual jefa de filas, Theresa May, pero éste insistió ayer en respaldar a su jefa y pidió a sus colegas que se centrasen en hablar de política, un tema que parece olvidado en la agenda conservadora.

“¡Gente, estoy fuera, pero acabo de leer todo esto!”, escribió Johnson en su cuenta de WhatsApp a sus contactos en un mensaje filtrado por la prensa británica. En su defensa, pidió acabar con las tonterías -“la gente está harta”- y además le dio la razón a su colega de Interior, Amber Rudd, que pidió cerrar filas y apoyar a la primera ministra: “Tiene mucha, mucha razón. Apoyad a la primera ministra”.

Johnson cree que tras las elecciones del pasado mes de junio, cuando los conservadores perdieron la mayoría absoluta obtenida por David Cameron, no es momento de volver a ir a las urnas.

Otra figura que no ayuda a crear unión en las filas conservadora es George Osborne. Ex titular de Economía y Hacienda, y despedido de manera fulminante por May, parece no perdonar a la líder conservadora y quiere pagarle con la misma moneda. Atacándola siempre que puede desde sus editoriales del periódico Evening Standard, sugiere que ahora mismo la premier solo tiene tres opciones: dimitir inmediatamente, ser derribada hasta que le sea imposible gobernar o anunciar cuándo se apartará del Gobierno.

“francotirador” En el caso del diputado Nigel Evans, tildó a Grant Shapps de “francotirador”, reprochándole que no estaba haciéndole ningún favor a su partido y cómo sus acciones podría tener un impacto negativo en las negociaciones del divorcio con Bruselas. “Cualquier talento que crea que tiene, debería dirigirlo ahora en apoyar a Theresa May en las difíciles negociaciones del Brexit”, afirmó ayer. - Rita A. Tudela