Kabul - La organización Amnistía Internacional (AI) exigió ayer que se detenga la devolución de refugiados afganos desde Europa, al acusar a los gobiernos europeos de aplicar “una política temeraria e ilegal” contraviniendo la legislación internacional en materia de asilados.
“En su determinación por incrementar las deportaciones, los gobiernos europeos están aplicando una política temeraria e ilegal”, indicó la investigadora Anna Shea, en el informe “Obligados a volver al peligro”, presentado ayer en varias ciudades europeas y en Kabul. “Obstinadamente ciegos a la evidencia de que la violencia está en un nivel récord y ninguna parte de Afganistán es segura, están poniendo en riesgo a la gente de ser torturada, secuestrada y otros horrores”, agrega en el informe.
La investigadora para Afganistán de AI, Horia Mosadiq, indicó en rueda de prensa en Kabul que hay una “politización del proceso de deportación de afganos desde Europa”.
“El Gobierno afgano y la Comunidad Internacional deberían suspender inmediatamente el regreso de afganos de Europa a Afganistán”, manifestó.
“niños para que sean asesinados” El informe detalla casos de afganos, incluidos niños sin acompañante, que han sido devueltos desde Noruega, Holanda, Suecia y Alemania “solo para que sean asesinados, heridos en ataques aéreos o vivir constantemente con miedo” a ser perseguidos por su orientación sexual o condición religiosa. “Los mismos países que una vez prometieron apoyo para un futuro mejor de los afganos están ahora destrozando esas esperanzas y abandonándolos a un país que se ha vuelto aún más peligroso que cuando huyeron”, señala el reporte.
Según AI, las estadísticas oficiales de la UE muestran que entre 2015 y 2016 se produjo un incremento de cerca del 300% en las devoluciones de afganos pasando de 3.290 a 9.460.
Además las concesiones de asilo ha caído de un 68 % de los solicitantes en 2015 a un 33 % en 2016.
AI dice que el proceso de devolución continúa en un momento en que el número de víctimas civiles toca niveles récord, con más de 5.000 heridos y muertos en el primer semestre del año y ataques como el ocurrido en Kabul el 31 de mayo en el que murieron 150 personas y más de 400 resultaron heridas.
En ese sentido, rechaza el acuerdo firmado en octubre de 2016 por la Unión Europea (EU) y Afganistán para la devolución de refugiados pese “al empeoramiento de la situación” en el país y afirma que ese pacto, según una fuente afgana, fue una “taza de veneno” que el Gobierno afgano tuvo que tragarse para continuar recibiendo ayuda.
“Ningún afgano debería ser devuelto a Afganistán por la inseguridad general en Afganistán y la falta de capacidad del Gobierno afgano, ya que no puede manejar la gran cantidad de desplazados internos (unos 2 millones) y los cerca de medio millón de retornados el año pasado desde Pakistán”, dijo Mosadiq.
El subdirector para el Sur de Asia de AI, Omar Waraich, indicó en la misma rueda de prensa que “es ilegal bajo la legislación internacional devolver por la fuerza a una situación en la que pueden estar en serio riesgo de sufrir abusos de los derechos humanos”.
El año 2016 fue el más cruento para la población civil en Afganistán, con 3.498 muertos y 7.920 heridos, lo que significó un 3% más que en 2015, y un significativo aumento del 24% de niños afectados, de acuerdo con la misión de las Naciones Unidas para Afganistán (Unama). - Efe