Estrasburgo (Francia), - El negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, afirmó ayer en el Parlamento Europeo (PE), en relación al acuerdo económico de divorcio entre Bruselas y Londres, que los contribuyentes de toda la UE no deben “pagar los platos rotos” de la salida del Reino Unido. En un debate sobre el Brexit en la Eurocámara, Barnier lamentó que seis meses después de que se pusieran sobre la mesa las líneas directrices de la negociación, todavía haya “serias divergencias” sobre dos de las principales prioridades, los derechos de los ciudadanos y la factura del divorcio.

“No aceptaremos que los Veintisiete paguen lo que decidieron los Veintiocho, así de claro”, señaló entre aplausos de la Eurocámara. Según Barnier, “los contribuyentes del resto de países no tienen que pagar los platos rotos de las decisiones que no tomaron ellos. Ni más ni menos”.

Asimismo, pidió a Londres más garantías para los ciudadanos comunitarios en Reino Unido sobre derechos como la reunificación familiar y sobre la exportación de prestaciones sociales, como las pensiones. “Hay discrepancias (entre Bruselas y Londres) sobre cómo garantizar los derechos de los ciudadanos. Reino Unido debe aclarar cómo piensa garantizar la reunificación familiar y también la exportación de derechos de prestación social” adquiridos, añadió.

Por todo ello, señaló el negociador comunitario, “no se ha avanzado para entrar en una segunda fase de la negociación”. La UE quiere aclarar primero el futuro de los ciudadanos, la factura del divorcio y la frontera en Irlanda del Norte, antes de pasar a negociar el periodo de transición y la asociación final que regirá las relaciones entre Reino Unido y los Veintisiete.

En el debate con los eurodiputados, el líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, señaló que el Gobierno británico “está atrapado en sus contradicciones” y que no se sabe muy bien con quién se negocia en Londres. “Hay mucho discurso pero poca sustancia”, dijo Weber, que pidió a la primera ministra británica, Theresa May, que no ponga por delante de los ciudadanos a su partido”. En las filas socialistas, el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar (PSOE) también apuntó que “desde el lado británico, solo se ve confusión” y criticó tanto las “deportaciones” de comunitarios, como “la división social, generacional y territorial” del Brexit. “Todo es el resultado de un referéndum en el que se ha salido con la suya la demagogia y el nacionalismo”, añadió el eurodiputado socialista.

Desde la Izquierda Unitaria europea, Paloma López (IU) señaló que en su opinión, “todos los intentos por tener el Brexit más beneficioso atienden a intereses económicos de las empresas y de los mercados, sin pensar por un momento en el pueblo y sus puestos de trabajo, que una vez más son la última prioridad en la mesa de negociación”. El eurodiputado del grupo europeo ECR, al que pertenecen los conservadores británicos en la Eurocámara, Raffaelle Fito, pidió evitar divisiones y polémicas con el Gobierno de Londres. “Agradezco que Barnier haya sido más positivo que otros grupos políticos en esta Eurocámara. Las críticas no ayudan a la negociación, no se crea así un clima adecuado”, añadió.

Fito apuntó que es conveniente que Bruselas y Londres se mantengan en buenos términos, porque en el futuro deberán ser socios internacionales en asuntos como la inmigración o la lucha antiterrorista, “que deben ser encarados de forma común”.

La próxima semana se celebrará la quinta ronda de negociación del Brexit en Bruselas, que tendrá en cuenta la resolución aprobada ayer por el PE, que llamó la atención precisamente en los “avances suficientes” en la negociación.

En el texto, se insiste a May para que garantice la totalidad los derechos que disfrutan actualmente los 4,5 millones de ciudadanos de la UE y el Reino Unido, respete los compromisos financieros asumidos y resuelva la cuestión fronteriza entre Irlanda e Irlanda del Norte, en línea con el acuerdo de Viernes Santo.

En este debate intervino de forma breve el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien apeló a mirar al futuro de la UE a Veintisiete y no obcecarse con el Brexit. “El futuro de la UE no es el Brexit”, señaló Juncker, que reclamó hacer reformas para responder a las demandas de los ciudadanos.

preparados para el desacuerdo Por su parte, el ministro británico para la salida de la Unión Europea (UE), David Davis, dijo ayer que el Reino Unido “estará preparado” en el caso de que no se llegue a un acuerdo satisfactorio con Bruselas. En un discurso en el congreso anual del Partido Conservador británico en Mánchester (norte inglés), afirmó que se está diseñando “un plan de contingencia” de forma que este país “esté preparado para cualquier desenlace”. “Si el resultado de la negociación está por debajo de lo que el Reino Unido necesita, estaremos listos para la alternativa”, advirtió el ministro en vísperas de que empiece la semana próxima la quinta ronda de negociaciones con la Comisión Europea. “No lo hacemos porque queremos, sino porque debemos hacerlo”, incidió, para subrayar que es “la responsabilidad” del Gobierno de la primera ministra, Theresa May, contemplar todas las alternativas. Davis también sostuvo que, como apuntó May en su discurso del pasado 22 de septiembre en Florencia (Italia), el Reino Unido “cumplirá sus compromisos” financieros, porque es un país que “respeta las reglas y obedece la ley”. “Pero cumpliremos asimismo nuestro deber con el contribuyente británico y cuestionaremos todas las reclamaciones, línea por línea”, apostilló.

A pesar de los reproches de lentitud y poca precisión desde Bruselas, Davis aseguró ayer ante el grupo conservador que se han hecho “buenos progresos” en la negociación y se mostró convencido de que “pronto habrá un acuerdo” sobre los derechos de los expatriados comunitarios, uno de los asuntos prioritarios que debe superarse para poder abordar el futuro acuerdo comercial. - Efe