Erbil/Kirkuk - A la espera de que se conozcan los resultados del referéndum de independencia del Kurdistán iraquí, el Gobierno de Bagdad amenazó ayer con prohibir los vuelos con salida y destino a la región si las autoridades locales no entregan el control de los aeropuertos y de los pasos terrestres. El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, anunció que el Consejo de Ministros bloqueará el tráfico aéreo en un plazo de 72 horas si el control de los aeropuertos y el de los pasos terrestres no pasa a manos del Gobierno central.

Al Abadi detalló que esas decisiones fueron tomadas de acuerdo con la Constitución iraquí, en la que se reconoce la autonomía del Kurdistán como parte de un Estado federal. Las fuerzas kurdas peshmerga controlan los límites del Kurdistán a través de puestos de seguridad militarizados, que dibujan la frontera que las autoridades kurdas reivindican y que no es reconocida por Bagdad.

Por su parte, el presidente de la región, Masud Barzani, aseguró ayer que “el referéndum no busca imponer una realidad, ni delimitar las fronteras del Kurdistán, sino que su objetivo es que el pueblo decida su autodeterminación”. Reiteró su deseo de resolver las disputas con Bagdad y pidió a Al Abadi y los demás líderes políticos que no cierre la puerta al diálogo.

Barzani también se dirigió a los países vecinos que se han opuesto al plebiscito, como Irán y Turquía, y les recordó: “Hemos sido siempre un factor de estabilidad en la región y seguimos siéndolo”. Pero en la calle algunos ciudadanos expresaron sus temores por las repercusiones del referéndum, después de que Irán y Turquía hayan amenazado con cerrar las fronteras e imponer sanciones económicas.

Hamu Hamza, propietario de una tienda de ropa en Erbil, capital del Kurdistán, asegura que el 80% de los productos que se venden en el mercado local proceden de esos dos países. “Estamos viviendo una crisis sofocante y el referéndum nos va a golpear aún más económicamente”, se lamentó. “Vivimos en una preocupación constante, no sabemos qué va a pasar en los próximos días”, añadió. Aunque las autoridades kurdas hayan dicho que la independencia no será declarada inmediatamente, en el caso muy probable de que gane el “sí” no han anunciado la hoja de ruta que seguirán.

Otro ciudadano de Erbil, Qasem Said, de Erbil, aseguró que no le importa lo que va a ocurrir después de la consulta, que se celebró el lunes con la oposición también de la gran mayoría de la comunidad internacional. “Este pueblo ha sufrido mucho y ha llegado el momento de tener un Estado independiente, no nos importa lo que va a pasar”, destacó Said.

Mientras, en la ciudad iraquí de Kirkuk, disputada entre en Gobierno central y el kurdo, y en la que también se celebró el plebiscito, las tensiones son palpables entre los diferentes grupos étnicos que conviven en la urbe. Así, los kurdos se mostraron a favor de la independencia, mientras que algunos ciudadanos árabes prefirieron no hacer declaraciones y uno de ellos aseguró tener miedo.

La minoría turcomana se opuso mayoritariamente al referéndum, que se celebró en otros territorios disputados, aunque ninguno es tan relevante como la provincia rica en petróleo de Kirkuk.

Para el analista kurdo Kamal Chomani del Instituto Tahrir para la Política en Oriente Medio, con sede en Washington, la situación va a ser especialmente mala en Kirkuk si “en el peor de los casos” la tensión sigue aumentando entre Bagdad y Erbil.

Sin embargo, Chomani consideró que “al principio habrá amenazas mutuas y una escalada verbal entre Irak y el Kurdistán, pero al final se tendrán que sentar a la misma mesa” para negociar. Aún así, Chomani opinó que “si los kurdos hubieran negociado antes del referéndum, podrían haber conseguido un mejor acuerdo”, al igual que si hubieran aceptado el plan alternativo propuesto por Reino Unido, Alemania, Francia, Estados Unidos y la ONU diez días antes de la cita con las urnas.

A pesar de la oposición de las grandes potencias y la ONU y de las advertencias del Gobierno iraquí, Barzani no dio marcha atrás en la convocatoria del plebiscito, en el que se registró un 72,16% de participación, según datos oficiales.

Frontera con Turquía Por su parte, las autoridades de Turquía anunciaron ayer que no cerrarán el paso fronterizo de Habur, única conexión por carretera entre Turquía e Irak, pero prevén que sea Bagdad quien tome el control, hasta ahora en manos de las autoridades del Kurdistán iraquí.

“No hemos cerrado la frontera. Anunciaremos nuestra decisión según los resultados de la intervención del Gobierno central iraquí para recuperar el control del paso fronterizo”, dijo el portavoz del gubernamental AKP, Mahir Ünal.

El portavoz aludió a un intento del Gobierno de Bagdad de enviar a sus propios aduaneros a la frontera, en lugar de dejar que se encargue Erbil, como hasta ahora.