San Juan - Puerto Rico trata de restablecer la normalidad tras el paso del huracán María, que ha devastado de norte a sur una isla muy castigada por la crisis económica y que tendrá ahora que reponerse de los estragos provocados por el ciclón. El Ejecutivo que lidera Ricardo Rosselló advirtió de que no habrá Gobierno operativo hasta, al menos, dentro de 72 horas, entre otras razones porque el huracán María, además de destrozar las infraestructuras, dejó las comunicaciones inoperantes, tanto en el interior como con el extranjero, en este territorio ligado a Estados Unidos como Estado Libre Asociado. De hecho, todavía más de un día después de que la madrugada del miércoles el ciclón golpeara la isla, el Gobierno no había podido contactar con muchos de los municipios, lo que provoca que la ayuda tenga que distribuirse sin saber con certeza que pasó en cada uno de los rincones de este territorio de poco más de 3,5 millones de personas.
Las autoridades confirmaron una víctima en un accidente cuando un hombre preparaba su casa para el paso del huracán, aunque los medios locales elevan la cifra a seis, Así, la emisora Radio Isla 1320 aseguró que de las seis víctimas mortales, tres son hermanas que murieron en el municipio de Utuado, en el centro-oeste de la isla, y que las otras tres personas fallecieron en las poblaciones de Canóvanas, Bayamón y Jayuya.
Rosselló, en un estremecedor relató, llegó a decir que las paredes de La Fortaleza, el fortín colonial de época española que alberga al gobernador en San Juan, dejaban sentir la fuerza del huracán María que, con categoría 5, la máxima, recorrió de sur a norte en trayectoria diagonal la isla.
El Gobierno ha puesto la mirada en Washington y pidió asistencia inmediata para afrontar la reconstrucción, ya que, de hecho, no tiene ni siquiera dinero para pagar una deuda pública que ronda los 70.000 millones de dólares y sus funcionarios han reducido la jornada laboral porque directamente no hay liquidez para pagarles.
El congresista estadounidense Luis Gutiérrez, por su parte, pidió al presidente Donald Trump, quien anunció que visitará Puerto Rico, que todos los municipios del país sean declarados zona de desastre y que la isla sea considerada en emergencia sanitaria tras el paso del huracán. Las comunicaciones son muy difíciles debido a que la totalidad de los clientes de la estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE) están sin servicio, nadie tiene agua y la movilidad es complicada debido a que la caída de árboles es masiva.
No hay ninguna plaza hotelera y el aeropuerto de San Juan ayer todavía no estaba abierto para vuelos comerciales. Las principales avenidas de San Juan sí empezaron a abrir, pero incluso en la capital calles principales están cortadas por la caída de miles de árboles.
Caos en el interior El interior de la isla, según testimonios, es un caos, ya que cayeron de forma masiva árboles, postes de la luz y farolas, además de que varios de los ríos principales se han desbordado. La presencia de las agencias gubernamentales es escasa en las calles y en áreas de la capital vecinos se organizaron por su cuenta para retirar escombros y árboles que dificultan la circulación.
Ante la falta de respuesta inicial por parte de un Gobierno desbordado, están en la isla, concentrados en la capital, cientos de miembros de agencias de rescate de Estados Unidos que se espera entren en acción en las próximas horas.
Cientos de personas pidieron ayuda por las emisoras de radio que se han mantenido operando, pero el Gobierno afirmó que habrá que esperar para dar respuesta a los problemas de la gente, desesperada por la falta de electricidad y agua, sin que se sepa cuándo regresarán los suministros, aunque se habla de un mínimo de semanas, quizá meses.
El huracán María ha golpeado a la sufrida población de Puerto Rico solo dos semanas después de la pasada de Irma, que dejó a más de un millón de personas sin electricidad, algunas de las cuales ni si quiera habían recuperado los servicios de electricidad y agua cuando llegó María.
Equipos llegados de Estados Unidos trataron ayer de abrir carreteras en Puerto Rico, la tarea más urgente para llevar la ayuda al interior, donde el ciclón se cebó con las débiles viviendas de la población.
A pesar de que Puerto Rico tiene un cierto grado de bienestar y desarrollo, además de contar con el amparo de EEUU, del que es un Estado Libre Asociado, un porcentaje considerable de su población habita viviendas de madera o con techos de zinc, que ya volaron por los aires al paso de Irma.
El aeropuerto internacional de San Juan tiene previsto reabrir hoy para vuelos comerciales, cuando se espera además la llegada desde Estados Unidos de un barco con toneladas de alimentos. - Efe