Ciudad de México - México vive días sin respiro. El pasado 7 de septiembre se produjo el terremoto más grande desde 1932 en el país. Fue de 8,2 en la escala de Richter y sacudió con fuerza el sur y centro del país dejando 98 muertos y centenares de miles de damnificados.
El movimiento telúrico castigó los estados de Chiapas y Oaxaca, de los más pobres del país, donde miles de familias continúan viviendo en campamentos improvisados y apenas esta semana está acabando el censo de casa afectadas.
Mientras, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, decretó ayer tres días de luto nacional por las víctimas del terremoto que el martes sacudió el centro del país. La Presidencia informó a través de la red social Twitter de la decisión del mandatario, en un momento en que la búsqueda de sobrevivientes continúa en las zonas afectadas. “El Pdte. @EPN decretó tres días de luto nacional en honor a las víctimas del #sismo. México comparte su pena”, señaló la Presidencia, que ayer llamó a la ciudadanía a “despejar las avenidas” y buscar refugio en un lugar seguro.
Durante toda la noche y con el apoyo de generadores eléctricas, los equipos de rescate y las fuerzas de seguridad participaron en las labores de remoción de escombros, tarea a la que también se sumaron miles de ciudadanos.
Mientras, numerosos países de todo el mundo se disponen a enviar material y equipos de rescate al país. - Efe