LONDRES. Tras presidir una reunión del comité de emergencia Cobra, May señaló que el nivel de amenaza actual significa que un nuevo ataque terrorista es "altamente probable", pero no elevó la alerta al último escalón, que prevé un atentado de forma "inminente".

May indicó que el dispositivo casero que provocó una deflagración en un vagón de metro en la estación de Parsons Green a primera hora de la mañana "tenía como objetivo causar un gran daño", y pidió a los ciudadanos que se mantengan "alerta" en el transporte público de la capital británica.

"La amenaza terrorista a la que nos enfrentamos es severa, pero trabajando unidos les derrotaremos", dijo May, quien felicitó por su "profesionalidad y valentía" a la policía y los servicios de emergencias.

May recalcó que es necesario "tratar no solo con el desafío del terrorismo, sino con el extremismo y el odio que lo provocan".

Por ese motivo, la primera ministra insistió en la necesidad de tomar medidas para atajar la "propaganda extremista" que circula por internet, además de "asegurarse de que la policía y los servicios de seguridad cuentan con las competencias necesarias" para enfrentarse a los terroristas.

Preguntada por las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que sugiere que los autores del atentado de Londres estaban en el radar de la policía británica, May sostuvo que "especular sobre una investigación en marcha no ayuda a nadie".

"La policía y los servicios de seguridad están trabajando para comprender al completo las circunstancias de este cobarde ataque e identificar a los responsables", afirmó.

May pidió además a los ciudadanos que tengan imágenes o información del atentado que se pongan en contacto con las autoridades.

Sobre las 08.20 horas local (07.20 GMT), un "artefacto explosivo improvisado" estalló, según la policía, en un vagón repleto de gente de un convoy de la línea District que procedía del suroeste de Londres, un ataque que la policía aborda como el quinto atentado terrorista en el Reino Unido este año.

El Servicio Nacional de Salud (NHS, en inglés), informó de que 22 personas han sido atendidas en centros sanitarios, ninguna de ellas de gravedad.

Algunos de los afectados sufren quemaduras provocadas por la deflagración, mientras que otros resultaron heridos al tratar de abandonar el vagón afectado y la estación de Parsons Green.