Brasilia - La denuncia por corrupción formulada por la Fiscalía contra el presidente brasileño, Michel Temer, “carece de pruebas” y busca “convertir en reo a un hombre inmaculado”, afirmó ayer Antonio Mariz, abogado del mandatario, ante el pleno de la Cámara Baja. Mariz intervino en la sesión en que el pleno de los diputados decidirá si Temer debe ser sometido a un juicio penal por presunta corrupción pasiva, lo que supondría que sea suspendido del cargo durante 180 días y destituido si fuera hallado culpable.

Por imperativos constitucionales, la Corte Suprema solo puede instaurar un juicio penal contra un mandatario en pleno ejercicio del poder si lo autoriza una mayoría de al menos dos tercios (342) del pleno de los diputados, integrado por 513 parlamentarios. Según los cálculos del Gobierno, Temer tiene el apoyo de entre 250 y 280 diputados, más que suficiente para impedir un eventual juicio penal.

En la sesión que concluirá con la votación que definirá la suerte de Temer, Mariz afirmó que la denuncia formulada por la Fiscalía con base en testimonios de directivos del grupo JBS, que dicen sobornar a Temer desde hace siete años, es “fruto de una elaboración mental, de una ficción” y de la “voluntad de ver al país en dificultades”.

El abogado subrayó que negar la autorización para el juicio no es “una garantía de impunidad”, como sostiene la oposición, pues Temer sería juzgado tras concluir su mandato, el 1 de enero de 2019. “¿Será que no se puede esperar un año y medio cuando el país está en plena recuperación gracias a este hombre intachable y víctima de una ficción?”, preguntó Mariz a los diputados, y afirmó que “nadie puede creer que el presidente de Brasil piense en huir en los meses próximos”.

En términos similares se pronunció el diputado Paulo Abi-Ackel, autor de un informe que recomienda archivar la denuncia y que feu votada ayer. Abi-Ackel alertó sobre la “inestabilidad política y económica” que pudiera crear la aceptación de “una pieza acusatoria que carece de pruebas y de indicios periciales” en momentos en que Brasil está “en un proceso de reconstrucción” y vive un “cambio positivo en su economía” tras dos años en una profunda recesión.

Según el diputado, suspender a Temer de sus funciones en este momento sembraría “desolación” entre los brasileños y supondría una “pésima señal” para los mercados financieros, que esperan por la recuperación de la estabilidad política y económica. Las encuestas, sin embargo, dicen otra cosa y de acuerdo a las más recientes el Gobierno tiene una tasa de aprobación del 5% y un 81% de los brasileños considera que Temer debería ser suspendido de su cargo para responder ante la justicia. - Efe