Ginebra - Una nueva ronda de negociaciones de paz sobre el conflicto sirio comenzó ayer en Ginebra con cierto optimismo por parte de la ONU, que auspicia el diálogo, no tanto por lo que pueda ocurrir esta semana en la ciudad suiza, sino por la confluencia de varios procesos que ayuden al fin de la guerra.

Esta es la séptima ronda de negociaciones bajo la dirección del actual enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, quien ayer se dirigió a la prensa en el primer día del proceso de diálogo para dejar claro que si bien no espera “ningún avance significativo” en Ginebra esta semana, el contexto de trabajo es mucho más positivo. Argumentó que todo lo que se consiga con las conversaciones que mantenga de forma separada con los representantes del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y con los de la oposición será un “progreso gradual” que podrá ser usado “cuando llegue el momento adecuado”.

Ayer comenzó la jornada con una reunión con el jefe de la delegación gubernamental, Bachar Yafari, y posteriormente almorzó con los representantes de los tres grupos de oposición, la principal alianza opositora, la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), y las plataformas de Moscú y El Cairo, toleradas por el régimen.

De Mistura se dijo sorprendido de la “confluencia” de las posturas de los tres grupos opositores, un signo alentador y que le daban esperanza de que tal vez en un futuro cercano podrían converger en una sola delegación. La CSN recela de la independencia de ambas plataformas, por lo que no quiere que se integren en sus filas, a pesar de los repetidos llamamientos del mediador, que insiste que su trabajo sería mucho más fácil si solo tuviera que tratar con dos delegaciones.

Pero más allá de lo que ocurra en Ginebra, De Mistura mostró su optimismo por lo que ha ocurrido recientemente en varios frentes y en diversos lugares del planeta.

Acuerdo putin-trump Lo más reciente ha sido el acuerdo alcanzado por los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, el pasado viernes en el marco del G20 de establecer un alto el fuego en el suroeste de Siria.

La creación de esta última zona de reducción de la tensión en el suroeste de Siria puede facilitar la entrada de ayuda humanitaria y hacer posible la instauración de una tregua duradera en esa zona del país, según sus garantes. De Mistura dijo que a “pesar de algunos incidentes esporádicos”, el cese de las hostilidades se estaba manteniendo, lo que le daba esperanzas de que la paz pueda ser duradera.

Asimismo, recordó que ayer precisamente se celebró una reunión en Ammán -que junto a Washington y Moscú fue artífice del alto el fuego- para delinear la manera de verificarlo y preservarlo. No se refirió, en cambio, a la ofensiva que el Ejercito sirio inició ayer en la provincia meridional de Al Sueida, que, según las autoridades, tiene como objetivo al grupo terrorista Estado Islámico (EI), aunque fuentes opositoras aseguraron que es contra los rebeldes.

De Mistura añadió, además, que la reunión de la semana pasada en Astaná, que era un proceso de profundización del alto el fuego que supuestamente está en vigor en Siria desde el 30 de diciembre de 2016, fue muy “fructífera” a pesar de que los países garantes no lograron cumplir con los objetivos impuestos.