Berlín - El candidato socialdemócrata alemán a las elecciones generales de septiembre, Martin Schulz, buscó ayer un revulsivo frente a los sondeos adversos con un programa que apuesta por la clase media y las mujeres, la inversión, el matrimonio homosexual y un distanciamiento claro de Donald Trump. El programa del segundo mayor partido de Alemania y actual socio minoritario en la gran coalición de Berlín fue aprobado sin ningún voto en contra en un congreso extraordinario en Dortmund (oeste del país), con 500 delegados -entre ellos el excanciller Gerhard Schröder- y unos 6.000 simpatizantes, caracterizado por una euforia sin apenas matices y mínimas disonancias.
La intervención de Schulz, ochenta minutos de discurso seguidos de diez minutos de aplausos, desgranó un proyecto moderado -sin el giro a la izquierda de los programas del laborismo británico o el socialismo francés- regado de múltiples críticas a la canciller alemana, la cristianodemócrata Angela Merkel, a los ultraderechistas en Europa y a gobiernos antidemocráticos. Su discurso trató de ser una inyección de ánimo en las bases y una reivindicación de los colores en el mismo día en que la última encuesta daba a los conservadores un 39 % de los votos frente a un 24 % de sufragios para el Partido Socialdemócrata (SPD).
Schulz abogó por trabajar en favor de “una mayor justicia social”, uno de los conceptos fetiche de la campaña socialdemócrata, y afirmó: “Las espaldas más fuertes deben soportar una mayor carga”. El programa prevé descargar a las clases medias y las familias, promoviendo una educación gratuita desde el primer año de edad hasta la universidad e invertir en infraestructuras y servicios los superávit presupuestarios del país. También cuenta con medidas para que mujeres y hombres cobren lo mismo por el mismo trabajo y que empresas y trabajadores coticen a partes iguales a la seguridad social (en la actualidad las compañías pagan menos tras una reforma de la década pasada introducida por el SPD). Además, Schulz abogó por que las parejas homosexuales puedan casarse, una medida que convirtió en requisito imprescindible de cualquier acuerdo de coalición en el que participen los socialdemócratas. - Efe