panamá/miami - La detención en Estados Unidos del expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), un hecho sin precedentes en la historia de Panamá, marcó ayer el comienzo de una nueva etapa que parece estar más cerca de su extradición por un caso de escuchas ilegales. Martinelli tiene una alerta roja de Interpol desde el pasado 21 de abril solicitada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Panamá, que lo investiga por la supuesta interceptación de comunicaciones privadas a más de 200 opositores durante su Administración.

El expresidente fue puesto bajo custodia de las autoridades federales de Estados Unidos “cerca de su casa”, en Coral Gables, una ciudad aledaña a Miami. Martinelli compareció ayer ante el juez federal Edwin Torres, quien no le concedió fianza por lo que tendrá que permanecer detenido hasta la próxima audiencia, fijada para el 20 de junio.

Su arresto es el primer resultado de un proceso que comenzó la máxima corte de Panamá en diciembre de 2015, cuando ordenó su detención provisional para que compareciera en las audiencias del caso de las escuchas. La Cancillería de Panamá solicitó a EEUU en septiembre del año pasado detener y extraditar a Martinelli, y el pasado abril el Órgano Judicial de Panamá publicó en dos diarios estadounidenses la notificación sobre la audiencia de imputación de cargos de este proceso judicial, para convocar al expresidente. Pero él no ha regresado a Panamá desde enero de 2015, cuando la CSJ le abrió la primera de una decena de causas que siguen su curso. - Efe