londres - A una semana de que los británicos vayan a las urnas, Theresa May y Jeremy Corbyn centraron ayer su debate en dejar claras sus posiciones sobre el Brexit. Si bien la conservadora defendió que quería un país “más fuerte, más justo y aún más próspero”, el laborista replicó que su contrincante “no tiene un plan, no tiene lo que se necesita”. May aboga por la retirada del Reino Unido de la Unión Europea como parte de una “gran misión nacional” para conseguir un futuro para el país “más global”. Así sólo ve posible lograrlo si los votantes apoyan a los conservadores cuando acudan a las urnas el 8 de junio. “Si lo hacen, estoy seguro de que podemos”, añadió May.
Corbyn, que cada día mejora en las encuestas, llegando a superar a May en la intención de voto en la capital británica, lamentó como “hasta ahora la retórica y las amenazas del gobierno conservador ha fomentado un clima tóxico. Los laboristas establecerán un nuevo tono en las negociaciones”.
Para el laborista, un gobierno bajo su batuta y liderazgo establecerá un plan para el Brexit basado en intereses mutuos, tanto de Reino Unido como de la UE. Eso comenzaría con un “compromiso claro” con los ciudadanos comunitarios que viven en la actualidad viven en suelo británico y garantizándoles sus derechos. “Esa es la mejor manera de asegurar reciprocidad de derechos”, añadió Corbyn, teniendo así en mente a los expatriados británicos en otros países de la UE, muchos de ellos en el Estado español.
Otro punto de choque entre ambos es que May defiende que una salida sin acuerdo es mejor que un mal acuerdo. Pero ese mantra no entra en los planes de Corbyn, para quien el Reino Unido necesita “un acceso libre de aranceles al mercado común” y llamó a ser claros: “Ningún acuerdo es de hecho la peor de todas las ofertas”.
Los laboristas también se comprometieron ayer a que los ciudadanos británicos se ahorrarán una media de 200 libras al año, unos 240 euros, obligando a las compañías a limitar los aumentos de tarifas en los tickets en vacaciones y fechas especiales. En el caso de los trabajadores, se ahorrarían unas 1.000 libras en la media del coste del ticket anual.
posible sucesora La primera ministra en funciones vivió ayer una situación incómoda. Su ausencia en el debate televisivo con los líderes del resto de partidos fue reemplazada por su ministra de Interior, Amber Rudd, quien muchos ven con madera de ser su sucesora en un futuro y los periodistas no dudaron en preguntarle por esos rumores.
May, al comienzo de una gira con tres paradas por territorio laborista, se negó a responder a las especulaciones de que Rudd está en la carrera para convertirse en primera ministra. Hablando en Middlesbrough, la conservadora dijo que el Reino Unido una vez liberado de los “grilletes” de Bruselas, podría volver a ser una “gran nación comercial global”.