Bruselas - El ministro del Interior austríaco, el democristiano Wolfgang Sobotka, reiteró ayer el rechazo de Austria al reparto de refugiados entre los Estados de la Unión Europea mientras no haya unas fronteras externas “seguras” y defendió los acuerdos con países terceros para frenar la inmigración. Austria es, junto con Hungría, Polonia y la República Checa, uno de los países a los que Bruselas amenazó esta semana con abrir procedimientos de infracción por no cumplir con sus obligaciones de acogida de demandantes de asilo desde Italia y Grecia. El titular austríaco indicó que solo puede haber un reparto comunitario de refugiados si las fronteras exteriores de la Unión son seguras. “La posición austríaca está clara. Mientras no haya fronteras exteriores seguras, el proceso de la reubicación será un factor de atracción” para los inmigrantes, señaló.
Los países de la Unión Europea siguen aún lejos de llegar a un acuerdo sobre la reforma del régimen de asilo común, que pensaban cerrar el próximo junio, por las discrepancias en aspectos como los criterios para determinar qué país debe, según el caso, hacerse cargo de las solicitudes. “Por desgracia, un año después de la propuesta sobre la reforma de Dublín no hay consenso en el Consejo”, resumió en rueda de prensa al término de la reunión el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramópulos, que se declaró “decepcionado”. Recordó además que hace falta tomar una decisión con rapidez para contar con “un sistema fiable” que no suponga una carga a “pocos Estados miembros”, algo que “no sería justo, ni sostenible”.
Por su parte, el ministro de Interior de Malta, Carmelo Abela, cuyo país preside el Consejo de la UE este semestre, dijo que la presidencia tratará de lograr un acuerdo sobre la reforma del sistema de asilo en la reunión de ministros europeos del próximo junio. Aseguró que el debate de ayer fue “franco”, que hubo progreso en algunos ámbitos y que trabajarán para resolver las “divergencias” pendientes. Según fuentes diplomáticas, algunos Estados miembros del norte pretenden dejar el grueso de carga de las solicitudes de asilo en manos de los países de entrada de los flujos migratorios, es decir, Italia, Grecia y España. - Efe