Bilbao - Felipe González cree que Macron representa los valores del establishment y no considera su victoria en la primera vuelta una gran sorpresa.
¿Qué lectura se puede hacer del resultado de las elecciones presidenciales francesas y el paso a la segunda vuelta de Emmanuel Macron y Marine Le Pen?
-En primer lugar creo que no ha sido una sorpresa. Es cierto que había una gran incertidumbre por la presencia de algunos candidatos, en especial, por el resultado que pudiera tener Marine Le Pen y el resultado final, que parece que ha tranquilizado a las bolsas y al establishment, es el paso a la segunda vuelta de lo que yo titularía un arca con rostro humano, es decir, una nueva marca blanca del establishment político, económico y financiero. Un hombre del sistema y del modelo institucional francés ya que está formado en la Escuela Nacional de Administración. Es verdad que con un aire joven y con un liderazgo un poco refrescante con la caída de los partidos clásicos que no han convencido en general a la opinión pública francesa. En ese sentido es verdad que es un personaje un poco extraño en el sentido de que no tiene constituido un partido, no tiene representantes electos y gana en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Se considera un candidato de tipo liberal-social, cree en la globalización económica y también defiende el modelo de la Unión Europea que, en especial en los últimos 10 años, ha hundido el modelo social europeo. Por tanto, no espero grandes cosas de este personaje, un demagogo sin ideología ni de izquierdas ni de derechas. Es lo que llamaríamos ahora como el populismo liberal y defiende los valores del establishment.
¿Se puede decir tras este resultado que estamos ante el fin del sistema de los partidos políticos, ya que ni conservadores ni socialistas han pasado a la segunda vuelta y, en el caso de estos últimos, con un resultado tan desastroso?
-No creo que sea el fin de los partidos tradicionales como tampoco lo es en el caso español el bipartidismo, que se está defendiendo como gato panza arriba. No cabe duda de que es una nueva etapa, un cambio de ciclo. Yo comparo a bote pronto a Macron con Hillary Clinton, de la misma manera que Le Pen podría representar con los estilos, ideas o valores del tándem Donald Trump-Putin. No cabe duda que esto va a cambiar el comportamiento de los partidos políticos en Francia y veremos si también en el contexto político europeo, ya que Europa afronta en estos momentos retos gravísimos en clave interna y también a nivel internacional. Todavía es muy pronto para plantear una situación tan drástica. Lo que sí llama la atención es que Macron haya dicho que va a seguir la misma política económica y que le gusta el modelo de la Unión Europea.
Hablando de esa segunda vuelta del próximo 7 de mayo. ¿Ser el candidato del establishment le puede perjudicar a Macron?
-Yo creo que al revés. Tener esa marca le ha facilitado tener ese 23,75% de los votos aunque Le Pen se haya quedado por encima del 21%. Creo que va a haber una gran mayoría de los partidos que van a apoyarle. El exprimer ministro Valls le ha apoyado por encima del propio candidato del Partido Socialista, al que consideraba demasiado escorado a la izquierda, aunque aún había otro más a la izquierda como Mélenchon. Macron trabajó como banquero de inversión, asesor de Hollande en asuntos económicos, ministro de Economía, que en 2016 pone en marcha en un periodo muy corto este movimiento que ni siquiera es un partido político. Yo creo que ha sorprendido y ha supuesto un cierto atractivo para una descomposición del sistema político gobernante que ha permitido que pueda pasar a la segunda vuelta Marine Le Pen. Yo creo que va a llegar a la presidencia de la República, no me atrevería a decir que va a arrasar porque me gusta ser prudente, pero creo que va a mantener un margen de confianza en relación con el electorado el próximo 7 de mayo con bastante distancia respecto a Marine Le Pen.
¿Cómo se puede explicar que un candidato sin partido y con 39 años pueda llegar a ser presidente de la noche a la mañana?
-No es fácil pero tenemos algunos ejemplos en el caso español con algún partido como Ciudadanos. En el caso de Francia, Hollande lo ha hecho realmente mal. Hay una descomposición terrible del sistema político y nacen estos populismos de extrema izquierda y derecha, pero también hay de centro. Una crisis del modelo de representación y de los partidos de centro derecha y la socialdemocracia y surgen estos personajes, ya que la sociedad necesita estos liderazgos y cuadra perfectamente con el establishment, joven, menos de 40 años... Seguramente será un encantador de serpientes de los empresarios y de la política liberal europea. Un poco más de lo mismo.
Si todo transcurre como parece, Macron será el nuevo presidente de Francia, pero en junio hay elecciones y no tiene un partido político. ¿Cómo va a poder gobernar?
-Con una cohabitación, algo que no es nuevo en Francia, ya que la hubo con Mitterrand, aunque ahora estemos en otros tiempos. Conservadores y socialistas tendrán que cohabitar. Valls y una parte significativa del Partido Socialista le ha apoyado. Hay tiene una base, tiene también otra de Los Republicanos, y tendrá que conformar un partido.