PARÍS - Las primeras proyecciones que concedían el pase a la segunda vuelta a Emmanuel Macron y Marine Le Pen bastaron para que destacados dirigentes vinculados al Partido Socialista y a Los Republicanos se apresuraran a pedir el voto para el líder del movimiento En Marche!.

El aspirante socialista al Elíseo, Benoît Hamon, admitió el “desastre” de su candidatura y pidió el voto para Macron. Según dijo, es el momento de establecer “una distinción clara entre un adversario político y una enemiga de la República”. También ve “clara” la decisión el primer ministro, Bernard Cazeneuve y otros miembros del Gobierno. “La presencia de una candidata de extrema derecha en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, 15 años después del impacto de abril de 2002, hace necesaria una posición clara y fuerte de todos los republicanos”, afirmó.

El candidato de Los Republicanos, François Fillon, se pronunció claramente. “No hay otra opción que votar en contra de la extrema derecha. Votaré por Macron, el extremismo sólo puede traer desgracia y división”, argumentó.

El Frente Nacional apeló a los votantes de Fillon para dar la sorpresa el 7 de mayo - DNA