el cairo - El acuerdo para pacificar las zonas asediadas sirias de Fua, Kefraya, Madaya y Al Zabadani ha quedado en suspenso, después del atentado que ayer se cobró las vidas de 126 evacuados de dos de esas poblaciones, y que aún no ha sido reivindicado.
Al menos 109 vecinos de Fua y Kefraya, así como voluntarios de la Media Luna Roja, perecieron en el ataque; a los que se suman diecisiete combatientes. Entre los civiles, hay al menos 68 menores, que fallecieron por el estallido de una furgoneta, de tipo pick up, cargada con explosivos contra un grupo de autobuses de evacuados que esperaban en el área de Al Rashidín, en la periferia oeste de la ciudad de Alepo. Los autobuses, con civiles y milicianos leales al Gobierno sirio, habían partido de los pueblos de mayoría chií de Fua y Kefraya, en la provincia de Idleb y cercados por las facciones yihadistas que habían controlado Alepo antes de su expulsión, entre las que figura el Organismo de Liberación del Levante, la alianza de la exfilial de Al Qaeda. Tras abandonar Idleb se dirigieron a la vecina provincia de Alepo y se detuvieron en Al Rashidín, que separa las áreas bajo control opositor de esta región de las que están en manos de las autoridades, a la espera de que se resolviera una disputa entre las partes en conflicto sobre el número de combatientes evacuados.
Ningún grupo se ha atribuido el atentado, que las autoridades sirias señalan a los “terroristas”, mientras que los opositores, que van perdiendo terreno, acusan a Damasco de matar a su propia gente. - Efe