Jerusalén - Más de 1.500 presos palestinos en cárceles israelíes iniciaron ayer una huelga de hambre indefinida para demandar mejoras en sus condiciones, encabezada por el carismático líder de Al Fatah Marwan Barguti y ante la que Israel se prepara para la alimentación forzosa. La medida de presión comenzó a medianoche coincidiendo con la celebración del Día Nacional de Solidaridad con los Presos Palestinos, que se celebra cada 17 de abril desde 1974, con el fin de exigir el aumento del régimen de visitas, el fin del aislamiento y de las detenciones administrativas (sin cargos ni juicio y renovables indefinidamente).
El portavoz de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Exprisioneros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Akram Atalah Alayasa, confirmó a Efe que se han unido presos de las cárceles de Gilboa, Hadarim y Neguev, en Israel, y también de Ofra, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania. Alayasa aseguró que los funcionarios israelíes han comenzado a aislar a quienes participan en la huelga.
El Ministerio de Sanidad Pública de Israel se ha coordinado con la Policía y el Servicio de Prisiones para preparar la asistencia “ante cualquier escenario”. Su titular, Guilad Erdán, ordenó el establecimiento de hospitales militares para que los presos no sean transferidos a centros públicos, donde los doctores se han negado en el pasado a alimentarlos a la fuerza, pese a la decisión del Tribunal Supremo, que lo consideró constitucional.
Esta polémica medida fue aplicada por primera vez en 2016 al periodista palestino Mohamed al Qeiq, tras casi dos meses en huelga de hambre en protesta por su detención administrativa, en virtud de la ley de alimentación forzosa aprobada en 2015 por el Parlamento israelí (Knéset). - Efe