Quito - Después de una década de presidencia de Rafael Correa, los ecuatorianos elegían ayer en las urnas a un nuevo presidente entre el oficialista Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso. Todo ello, según Correa, en un “momento decisivo” ante el avance que ha experimentado la derecha en la región latinoamericana. “Hemos tenido una reacción conservadora en los últimos años y las elecciones ecuatorianas son muy importantes para ver si continúa esa tendencia o retoma fuerza la tendencia progresista”, dijo el mandatario a periodistas tras ejercer su derecho al voto en un centro educativo del norte de Quito.

Casi trece millones de ciudadanos estaban llamados ayer a las urnas para elegir, entre el oficialista Lenín Moreno, de Alianza País (AP, izquierda) y el opositor Guillermo Lasso, de Creando Oportunidades (CREO, centroderecha) a su próximo gobernante. Correa, quien dejará el poder en mayo tras gobernar durante diez años, remarcó en referencia al proceso electoral que “no solo la Patria Grande (América Latina) lo está viendo; lo esta viendo el mundo entero”, dijo.

El candidato oficialista a la Presidencia de Ecuador, Lenín Moreno, reiteró ayer que acatarán “con todo el respeto” el resultado de los comicios que se desarrollan en el país y las circunscripciones en el exterior, para designar al sucesor de Rafael Correa, en el poder desde 2007. “Cualquiera sea la decisión del pueblo ecuatoriano, la acataremos con todo el respeto que se merece”, dijo tras votar en Quito al filo del mediodía. - Efe