Caracas - Venezuela vivió ayer un día crítico. La junta directiva del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela rectificó ayer y dejó sin efecto partes de la sentencia en la que asumía las funciones del Parlamento, así como otro fallo en el que limitaba la inmunidad parlamentaria ante la persistencia del supuesto “desacato” del Legislativo en el acatamiento de varias sentencias del TSJ. Por otro lado, el Tribunal también suprimió ayer una medida cautelar con la que facultaba al presidente Nicolás Maduro con poderes para evitar un “estado de conmoción” y le permitía revisar normas de la legislación penal, militar y contra el terrorismo. Ante este panorama, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, el opositor Julio Borges, dijo ayer que el “golpe de Estado” que dio el Tribunal Supremo al despojar a la cámara de sus funciones no se puede “corregir” suprimiendo una sentencia y animó a sus seguidores a salir a las calles.

El Tribunal decidió dar marcha atrás después de que el viernes el presidente Nicolás Maduro y el Consejo de Defensa de la Nación le exhortaran para que revisara dichas sentencias, en medio de una fuerte presión internacional y después de que la propia Fiscal General, Luisa Ortega, acusara al TSJ de alterar el orden constitucional con su sentencia.

Asimismo, el máximo tribunal indicó ayer, tras rectificar, no haber suprimido las funciones del Poder Legislativo y que es solo responsabilidad del Parlamento “reasumir” sus funciones acatando las decisiones del Poder Judicial. “Es solo responsabilidad del órgano legislativo reasumir el válido ejercicio legal y legítimo de sus competencias constitucionales al acatar las decisiones del Poder Judicial y someterse al estado de derecho”, informó el Supremo a través de un comunicado leído por el presidente del Poder Judicial, el magistrado Maikel Moreno.

Además, el Tribunal Supremo de Justicia venezolano suprimió ayer una medida cautelar con la que facultaba al presidente Nicolás Maduro con poderes para evitar un “estado de conmoción”. La medida facultaba al jefe de estado a ejercer “medidas civiles, económicas, militares, penales, administrativas, políticas, jurídicas y sociales pertinentes y necesarias para evitar un estado de conmoción”.

El objetivo de estos poderes excepcionales era atender la situación económica del país, con una norma que facultaba al presidente para “revisar” las normas y solicitar al Supremo su sanción y aprobación, ante el desacato y omisión legislativa del Parlamento. Todo ello ante la posibilidad de que “pudieran estar cometiéndose delitos de naturaleza militar”.

SIN VUELTA ATRÁS Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, el opositor Julio Borges, dijo ayer que el “golpe de Estado” que dio el Tribunal Supremo al despojar a la cámara de sus funciones no se puede “corregir” suprimiendo una sentencia e informó de que seguirán convocando protestas callejeras. “El Tribunal Supremo de Justicia pretende maquillar un muerto, pero el TSJ ya dio un golpe de Estado que no puede corregir. Que no crea que tachando una palabra en esa sentencia corrigen el muerto, la sentencia es la culminación de un golpe de Estado que han venido dándonos desde años”, dijo Borges desde en una plaza caraqueña. Desde una “sesión especial de calle” de la cámara, Borges resaltó que iniciaron “de nuevo” las actividades de calle “para lograr la libertad definitiva de Venezuela”. - Efe