“Sin él, no habría sido posible el acuerdo de paz en el Ulster”, añadió ayer el ex primer ministro británico Tony Blair, alabando el papel constructivo de McGuinness a pesar de sus vínculos terroristas en el pasado.
Los familiares de las víctimas del IRA fueron más críticas con la muerte de McGuinness. Además, de Norman Tebbit, la hermana de otra víctima lamentaba que el líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte había sido “muy opaco y selectivo con la verdad”.
El portavoz de EH Bildu y secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, ensalzó a McGuinness como “figura principal” en la consecución de la paz en Irlanda del Norte. “Fue un amigo de los vascos y de este país”, ensalzó Otegi.
Londres - Cuando Martin McGuinness anunció el pasado mes de enero que dejaba su puesto como vicepresidente norirlandés denunciando a la primera ministra de Irlanda del Norte, Arlene Foster, por su implicación en un escándalo de corrupción en un programa de energías renovables, pocos podían imaginar que le quedaban apenas dos meses de vida. El histórico comandante del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y figura clave del Sinn Féin falleció ayer acompañado de su familia en un hospital de su localidad natal, Derry, al noroeste de la provincia británica, aquejado de una rara enfermedad genética que le había impedido hacer un viaje de representación a China unos meses antes.
Nacido en 1950 en Derry, McGuinness era hijo de un carnicero al que ayudó en el negocio familiar cuando abandonó sus estudios con apenas 15 años. Tenía seis hermanos y vivían en una ciudad predominantemente católica, en el barrio rebelde de Bogside. Cuando era un adolescente pronto se involucró en el movimiento por la defensa de los derechos civiles de 1968 y un par de años más tarde se unió al Sinn Féin, haciéndose un inseparable de Gerry Adams. “Él y yo nos encontramos por primera vez, hace 45 años, detrás de las barricadas en Free Derry, y desde entonces hemos sido amigos y compañeros”, dijo Gerry Adams en enero al rendirle tributo a Martin McGuinness, definiéndole como “”líder, patriota, pacificador y poeta”.
La vida de McGuiness siempre será recordada por sus acciones como número dos del IRA, catalogado como una organización terrorista por el Gobierno británico, durante los enfrentamientos del llamado Domingo Sangriento de 1972. El informe de la investigación sobre lo sucedido, a la que fue llamado como testigo, declaró que “probablemente” llevaba una subametralladora durante unos incidentes en los que trece personas murieron y más de 30 fueron heridas por los disparos del Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido.
Un año más tarde, McGuiness fue condenado por la Corte Penal Especial de la República de Irlanda después de ser arrestado cerca de un automóvil que contenía explosivos y municiones. Después de su liberación, y de otra convicción en calidad de miembro del IRA, se hizo cada vez más prominente dentro del Sinn Féin, convirtiéndose en una de sus caras más conocidas.
Su muerte no pasó ayer desapercibida entre los familiares de las 3.000 víctimas del conflicto que duró 30 años, que lamentaron sus acciones en la juventud, pero desde el Sinn Féin defendieron como McGuinness había “subrayado la necesidad de reconocer el dolor de todas las víctimas del conflicto y sus familias”.
En la década de los 80 y los 90 estuvo en contacto indirecto con la inteligencia británica durante las huelgas de hambre. Así, el 9 de diciembre de 1982 le fue prohibido entrar en Reino Unido bajo la Ley de Prevención del Terrorismo. Su vida y la carrera política abarcaron el período más tumultuoso de la historia social y política de Irlanda del Norte, para más tarde participar en las negociaciones secretas con el Gobierno británico para lograr un alto el fuego definitivo que llegaría en 1997.
Artífice del acuerdo de paz McGuinness fue el principal negociador de Sinn Féin durante el proceso que garantizó el Acuerdo del Viernes Santo de 1998, que puso fin a la violencia y aseguró el desmantelamiento de las armas del IRA en 2005. Trabajó duro para preservar la frágil paz de la zona y tuvo un insospechado aliado en el clérigo protestante y político unionista Ian Paisley, el que había sido su mayor enemigo durante años. Su buena relación funcionó y los dos hombres fueron apodados los Hermanos Risitas. Cuando Paisley falleció en 2014, McGuinness reconocía que había “perdido a un amigo”.
En 1997 fue elegido diputado por primera vez, puesto en el que fue reelegido en 2011 y 2015. Fueron años en los que ocupó la cartera de ministro de educación en la Asamblea de Irlanda del Norte y como vicepresidente norirlandés durante casi una década junto con tres líderes del Partido Democrático Unionista (DUP, por sus siglas en inglés). Al igual que todos los diputados del Sinn Féin, se negó a tomar su asiento en Westminster y nunca juró un juramento de lealtad a la Reina Isabel II. Sin embargo, McGuinness sí que accedió a darle la mano durante su visita a un teatro de Belfast en 2012.
condolencias de la reina Tras conocerse su muerte la residencia oficial de la familia real indicó que Isabel II se puso ayer en contacto en privado con la viuda de Martin McGuinness a la que también envió un mensaje privado de condolencias.
Hombre familiar, estaba casado desde 1974 con Bernadette Canning con la que tuvo cuatro hijos. Su mujer reconocía ayer que “las cosas pueden parecer oscuras y sombrías, pero tengo fe que mi amanecer está llegando”. Una despedida que sumaba las palabras de Martin McGuinness diciendo que su “guerra había terminado” y que su último trabajo como político era prevenirla.