Viena - Los millones de inmigrantes que viven en Europa no son responsables de las crisis del club comunitario, sino parte esencial y positiva de una sociedad en la que siguen encontrando barreras para integrarse, según defiende un informe de la Unión Europea (UE) publicado ayer. “Los migrantes que viven en la UE no son parte de una crisis sino una parte integral de nuestra sociedad”, mantiene Michael O’Flaherty, director de la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA), autora de ese texto sobre las políticas de integración.
“El impacto de múltiples ataques terroristas, la incertidumbre sobre la creciente diversidad cultural y religiosa así como las preocupaciones sobre las perspectivas económicas, especialmente para los jóvenes, facilitan un terreno fértil para narrativas tóxicas de miedo y odio”, dice O’Flaherty. El experto irlandés advierte de que, si no son combatidas, esas narrativas pueden alimentar discursos xenófobos que convierten a los inmigrantes en “chivos expiatorios”. - Efe