La Haya - A la espera de conocer los resultados oficiales de las elecciones celebradas ayer en Holanda -al cierre de esta edición todavía no se conocía ningún avance-, la cifra confirmada de la participación era el dato más llamativo y comentado: un altísimo 82%, frente al 74,6% de las anteriores elecciones que algunos analistas atribuyeron en parte como una movilización del electorado de origen inmigrante -fundamentalmente marroquí y turco- frente al mensaje del ultraderechista Geert Wilders.
Así, los primeros sondeos a pie de urna, conocidos poco después del cierre de las urnas a las 21.00 horas, apuntaban a una victoria del partido liberal VVD, del primer ministro holandés, Mark Rutte, con 31 escaños, seguido por ultraderechista Geert Wilders, con 19 escaños, empatado con otros dos partidos. Según los sondeos a pie de urna, Rutte, líder del democristiano VVD, perdería diez escaños, mientras que Wilders obtendría cuatro escaños más que en las últimas elecciones. Esta merma en los resultados, según explicaron varios analistas a Efe, se debería a la impopularidad de las medidas de austeridad impuestas por Rutte en los últimos años. En cualquier caso, y sin esperar a conocer los primeros datos oficiales del recuento, Rutte declaraba: “Hemos detenido el populismo equivocado. Necesitamos crear un Gobierno estable y liderar el país”. La Cámara de Representantes holandesa está formada por 150 parlamentarios, lo que en cualquier caso hace prever que será necesario llegar a acuerdos multilaterales para poder gobernar, dada la alta fragmentación de la representación dictada por las urnas. Precisamente, los otros dos partidos empatados a 19 escaños en los sondeos con Wilders, la Llamada Democristiana (CDA) y los liberales progresistas de Demócratas 66, parecen a priori los llamados a a formar gobierno con Rutte.
Los grandes perdedores de estas elecciones son los laboristas del PvdA, que forman parte de la coalición que gobierna en la actualidad junto con el VVD y que perdería hasta 29 escaños quedándose con tan solo 9 diputados. Una caída, de confirmarse, perfectamente comparable a la del PASOK griego, teniendo en cuenta que el peor resultado que acumulaba hasta ahora el PvdA eran los 23 diputados que logró en 2002. Su líder, Lodewijk Asscher, dio a primeras horas de la noche un discurso en el que reconoció la derrota de su partido y felicitó al VVD. Entre lágrimas, el laborista aseguró que seguirá siendo líder de su partido y que luchará “por una economía justa y una sociedad decente”.
Por su parte, los grandes beneficiados de estas elecciones serían los verdes de GroenLinks, un partido que hasta hora tenía tan solo 4 diputados, pero que en estas elecciones puede haber subido hasta los 16. El partido antirracista DENK entraría por primera vez en el Parlamento con una representación de 3 diputados.
Los líderes de la mayoría de los partidos políticos tenían organizados eventos anoche para seguir los resultados electorales junto a sus miembros y seguidores. Sin embargo, de Wilders solo se sabía que está encerrado en su oficina en el Parlamento a la espera de los resultados oficiales y no tenía previsto aparecer en público anoche. No obstante, si apareció en Twitter tras conocer los primeros sondeos a pie de urna -y dándolos así por válidos- para advertir a su rival, el primer ministro Mark Rutte, de que “no ha logrado deshacerse” de él: “Gracias a mis votantes. Hemos ganado escaños. Rutte no se ha deshecho de mí”.
Rutte, quien acudió a votar a primera hora de la mañana, llamó a los holandeses a movilizarse para frenar el avance del populismo en Europa y para seguir “trabajando” por los Países Bajos. “Tenemos que evitar que se produzca un efecto dominó. Este es un momento en el que nos jugamos o un cambio de rumbo hacia la dirección contraria o apostamos por una política no experimental, que logre más éxitos a partir de los éxitos anteriores”, explicó Rutte, segundos antes de entrar en el colegio electoral. Pidió votar por su partido para “mantener este país seguro y estable” porque él sigue teniendo “muchas ganas y mucha fuerza para luchar” por los Países Bajos.
Pendientes de Wilders Mientras, Wilders, quien ayer recibió una gran atención de la prensa internacional, alertó de que “pase lo que pase en las elecciones” nada frenará el avance del populismo y aseguró que los votantes alemanes y franceses “lo demostrarán” en sus futuras elecciones, previstas para este año. “El islam y la libertad no son compatibles”, añadió, y dijo que los musulmanes “son libres de irse cuando quieran” de Holanda. El líder de la ultraderecha holandesa se mostró optimista sobre el resultado de las elecciones y afirmó que el PVV “va a ser el más grande” de estos comicios “históricos”, a pesar de -señaló- “lo que quiere la élite” política.
Wilders bromeó sobre la abrumadora presencia de la prensa nacional e internacional y dijo que esperaba obtener tantos votos “como periodistas” que acudieron al colegio electoral. Lo cierto es que la cita electoral de Holanda era la primera prueba para medir el avance del populismo euroescéptico e incluso xenófobo en Europa, con el horizonte puesto también por ejemplo en las presidenciales francesas.
Precisamente, uno de los primeros mandatarios europeos en valorar los sondeos a pie de urna fue el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, y lo hizo a través de Twitter: “Felicitaciones a los holandeses por haber frenado el auge de la extrema derecha. Voluntad de trabajar por una Europa más fuerte”. También el expresidente del Parlamento Europeo y candidato en las próximas elecciones alemanas, Martin Schulz, celebró los avances de los sondeos en Twitter. “Geert Wilders no ha podido ganar las elecciones en Holanda, me alegro por ello, pero debemos seguir luchando por una Europa más abierta y libre”.
La jornada electoral se desarrolló sin grandes incidentes, aunque algunos centros de votación tuvieron que recurrir a cabinas adicionales debido a la gran afluencia de votantes. El conteo de los votos en estas elecciones se llevó a cabo manualmente debido al miedo de las autoridades a un intento de países de influir en los resultados electorales. - Efe/DNA